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Los capitalinos y visitantes que ayer acudieron al Zócalo capitalino se sorprendieron al notar un hecho inusual: las vallas metálicas color verde militar que por años resguardaron el Palacio Nacional fueron retiradas.
Igualmente, los accesos de la estación del metro Zócalo, que dan hacia el edificio, fueron abiertos.
Las personas salían de los andenes del Sistema de Transporte Colectivo, otras buscaban ingresar, pero pocos se percataron de que el acceso era libre y de que podían caminar por toda la acera; quienes lo hicieron celebraron que ya nada les impidiera el paso.
“Esta sí es una verdadera transformación. Antes no podías salir aquí, las puertas del metro estaban cerradas. Cuando caminabas te sentías limitado porque veías que las vallas ocupaban mucho espacio. Estas cosas me hacen creer en el Presidente cuando dice que ahora es de nosotros, que no nos va a fallar; ayer lo escuché con mi familia desde la plancha”, contó Elena Soto, antes de entrar al metro.
Juan García, organillero, se instala a las afueras del que ahora será el despacho del presidente Andrés Manuel López Obrador. “Aunque es domingo y siempre hay mucha gente, ya es distinto, pasan más personas porque no están las vallas, se detienen”, afirma.
Aline Mendoza no se dio cuenta de que quitaron las vallas y confió en que no vayan a poner puestos ambulantes. “Uno está todo el tiempo agitado, corriendo, ni me acuerdo si había algo fuera del Palacio, lo que sí recuerdo es que en el metro cuando querías salir por aquí no se podía. Sólo espero que esto no se vaya a llenar de ambulantaje”, dijo.
