Tan pronto entró al hospital el doctor Luis Reyes Delgado supo que no tenía que permanecer ni un segundo más ahí, todo era un caos, las paredes del Hospital Juárez de México se caían, el edificio se estaba derrumbando. Fueron 31 médicos residentes los que murieron, ellos no tuvieron la misma oportunidad que él, y quedaron atrapados entre los escombros
El doctor Luis Delgado Reyes es médico neurocirujano del Hospital Juárez de México, y ya presenció dos de los sismos de mayor magnitud en nuestro país. Paradójicamente hoy como en aquel entonces, trabaja en el mismo lugar.
El sismo de 8.2 en escala de Richter que se presentó el día 7 de septiembre a las 23:49 horas y sacudió el centro y sur de México, hizo recordar a miles de personas el terremoto del 19 de septiembre de 1985, que además de quitarle la vida a sus seres queridos hizo que se cayeran viviendas, escuelas, centros de trabajo y hospitales.
El doctor Delgado Reyes considera que México se encuentra mejor preparado en materia de protección civil en caso de temblores. Durante el reciente movimiento oscilatorio,fueron desalojados del Hospital Juárez 140 personas entre pacientes y personal médico, y a manera de prevención cada 6 meses se hacen simulacros de desalojo de la institución en caso de sismos.
Carmen Rosas tenía 32 años en 1985 cuando en su hogar ubicado en la colonia Morelos colapso, su vivienda de adobe y vigas de madera, no se derrumbó,pero las grietas y desprendimientos de madera hicieron de su casa un lugar inhabitable.
La noche del 7 de septiembre, Carmen se encontraba dormida cuando sonó la alerta sísmica. Y al comparar la fuerza de los sismos de mayor magnitud en el país, afirma que en 1985 lo sintió más fuerte,“sentíamos como si la tierra brincara y ayer sólo sentí como si me mecieran”.
El arquitecto Santiago Jordá Salazar en 1985 tenía su despacho en tlatelolco, en el edificio Presidente Juárez. Tras los derrumbes en el complejo habitacional, se involucró en el proceso de reconstrucción. Y el 28 de abril de 1986 se publicó en en el Diario Oficial del Distrito Federal el proyecto “Tlatelolco, la reconstrucción democrática en marcha.
En el proyecto de reconstrucción Santiago Jordá participó como supervisor desde el comité vecinal y estuvo a cargo de 27 condominios, todos con más de 7 pisos, esos edificios estaban destinados a derrumbarse, tras el terremoto. Sin embargo, afirma que proyecto remodelación tuvo una prospectiva duración de 100 años y soportar al menos dos sismos de 7.5 en escala de Richter.
El arquitecto ésta convencido de que los habitantes jóvenes deben de ayudar a la conservación y mejoramiento, de lo que considera, es la mejor unidad habitacional de México.
“Es imposible que por algún evento catastrófico se colapsen, pero si esto llegara a pasar desde el piso 21 del edificio Veracruz, yo sería el primero en sufrir las consecuencias”.Jordá afirma que en el sismo del 7 de septiembre no sintió nada, estaba dormido, y al seguir las normas de evacuación, no pasó a mayores.
Cuauhtémoc Abarca Chávez, presenció cómo se derrumbó el edificio Nuevo León, en Tlatelolco, la mañana del 19 de septiembre de 1985. Su caminata diurna se interrumpió tras presenciar una nube de polvo. Le siguieron una serie de gritos de auxilio y el olor a gas, y aunque no contaba con herramienta de búsqueda y rescate, comenzó a remover escombros, con la esperanzas de encontrar a sobrevivientes.
En el reciente sismo,Cuauhtémoc como parte de la Coordinadora de residentes de tlatelolco supervisó junto con los vecinos y protección civil los daños que dejó el temblor, afirma que todos fueron daños menores como plafones caídos, grietas en muros que no son de carga, de este modo no hay un daño estructural al inmueble y cortes en la energía eléctrica.
“Tlatelolco pasó la prueba de este terremoto” señala Cuauhtémoc. El programa de reparaciones mayores colocó a tlatelolco en un proyecto de construcción segura e innovadora en 1986. Y hoy sigue conservando los parámetros de emergencia para hacerle frente a los temblores.
Durante un sismo los edificios reestructurados, tiene el efecto licuadora que provoca que se muevan de forma circular, eso significa que los edificios dispersan la onda telúrica en todas las direcciones, amortiguando el movimiento y evitando el daños mayores.
Durante el reciente sismo Cuauhtémoc, se encontraba en unos de esos edificios reestructurados, en el piso 22, señala que si bien el movimientos se siente fuerte, y crujen las paredes, hasta el momento los edificios no se han agrietado o derrumbado.
Todos los testimonios coinciden que en materia de prevención en sismos México ha avanzado mucho. En 1985 no existía protección civil ni una cultura de simulacros. El sismo que recientemente sacudió México ha sido el más fuerte en 100 años, pero al presentar un epicentro lejano a la Ciudad de México, los daños fueron mucho menores que en terremoto de 1985.
cg