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El 21 de septiembre de 1985 EL UNIVERSAL publicó en su primera plana que había 28 mil personas desaparecidas por el sismo del 19 de septiembre. Entonces, se leía en la nota “Locatel recibía mil 166 llamadas por hora”, la gran mayoría, preguntando por sus seres queridos.
“Las personas que han podido ser identificadas o que fallecieron en los diferentes hospitales han sido registradas en el sistema de información de dicho centro”, se lee en la nota.
El terremoto de 8.1 grados del 19 de septiembre de 1985 golpeó a la Ciudad de México con estimaciones de hasta 10 mil muertos; el sismo del 19 de septiembre, pero de 2017, acumula hasta ahora más de 200 muertos.
En las planas de esa edición se consultaban planas enteras de listas de personas en albergues y en hospitales.
En la misma edición se leen avisos urgentes de dependencias gubernamentales y de empresas particulares informando a la población que por el sismo, movían sus oficinas de atención a otros domicilios.
Por ejemplo, Salinas y Rocha avisaba ese mismo día a su personal que debían presentarse en la almacenadora de la empresa, situada entonces en la avenida Cuitláhuac 3352 “a fin de recibir instrucciones”.
La SCT, en otro caso, ofrecía en otro desplegado mensajes gratuitos “para quienes deseen pasar algún breve informe a familiares en México o en el extranjero” utilizando enlace radioeléctrico en las bandas del servicio de aficionados.
Además, las estaciones de radio que permanecieron de pie atendían a la población continuamente dando actualizaciones de las listas o atendiendo llamadas de la audiencia.
Las cabinas telefónicas fungieron un papel fundamental, al ofrecer conexión cuando en diversas zonas era insuficiente o intermitente.
Hoy, con internet y la telefonía celular, el flujo de la información es muy distinto. Todo tipo de medios de comunicación tienen mayormente acceso a páginas web, aplicaciones y presencia en redes sociales. Desde PC y teléfono celular vitualmente cualquier persona puede consultar información, salvo problemas de conectividad y saturación.
Twitter y Facebook son ahora plataformas en donde se busca a los desaparecidos y se difunden listas, ya sea desde las cuentas de dependencias gubernamentales, de medios de comunicación y claro, de usuarios particulares.
En una declaración pública, la plataforma Whatsapp informó que luego de 24 horas del sismo de 7.1 grados del martes pasado, detectó “un incremento significativo en el uso de la aplicación, y hemos sabido de historias de gente usándola para conectarse con su familia y amigos”.
Por su parte, Facebook activó una herramienta que ha utilizado en desastres naturales alrededor del mundo, el Safety Check, el cual permite a los usuarios avisar que se encuentran en buen estado de saludo.
Esta herramienta, además, permite compartir tu ubicación por una hora con las personas que elijas e incluso aplicar una función llamada Ayuda Comunitaria, donde se puede pedir y ofrecer ayuda, como víveres, espacios donde pernoctar, etc.
“Desde el sismo del martes, hemos visto a las personas realizar alrededor de 10 mil ofertas de ayuda para las víctimas, desde comida a agua, refugio, transporte y conexiones de internet”, expresó la empresa en un comunicado.
Así, entre ambas tragedias, la tecnología hace que la diferencia entre la distribución de la información sea abismal, no así la fecha: 19 de septiembre.
La solidaridad sigue siendo la misma.
Con información de Renata Sánchez
ml