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La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) informó que a octubre de este año se han construido 386 mil 679 habitaciones pertenecientes al programa Cuartos Rosas, lo que representa, aseguró, un esfuerzo importante para abatir los niveles de hacinamiento y violencia a las mujeres.
La Sedatu detalló que de la cantidad de Cuartos Rosas construidos, el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo) edificó 300 mil 120, mientras que el Programa de Infraestructura de la Sedatu sumó 86 mil 559 cuartos de este tipo
A las anteriores acciones se suman otras coordinadas con los estados y municipios, mediante el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), ejercido por los gobiernos locales, con lo que se han construido otros 97 mil 594 cuartos adicionales desde enero de 2016 y hasta septiembre de este año, se informó.
La dependencia federal indicó que esta estrategia se implementó desde octubre de 2015 con el apoyo de organismos del sector como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), así como del Fonhapo.
“Uno de los ejes principales de esta estrategia es la construcción de los cuartos adicionales para mejorar el entorno familiar y proteger a niñas y adolescentes de la violencia que se puede generar en el seno familiar como consecuencia del hacinamiento”, dijo.
La secretaría precisó que en la actual administración federal, prácticamente 100% de la vivienda popular nueva tiene dos recámaras o más, con lo cual se abate el fenómeno del hacinamiento, “de tal forma que todos los indicadores que componen la carencia por calidad y espacios de la vivienda del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentan una reducción porcentual en el periodo 2012-2017”.
En el mes de octubre de 2015, la Sedatu puso en marcha la estrategia de Cuartos Rosas con el propósito de que se construyan una habitación adicional en las viviendas, sobretodo de las familias de bajos ingresos, a fin de que niñas y adolescentes puedan tener intimidad y, con ello, un espacio propio y libre de violencia.
Según informes de la Sedatu, se estima que 2.5 millones de familias mexicanas viven en condiciones de hacinamiento, es decir, cuentan con una vivienda, pero sin espacio suficiente, lo que obliga a todos sus integrantes a compartir una misma habitación.