Javier del Río López
, de la delegación Iztacalco, de 45 años, se unta bloqueador en las piernas. Durante un mes cosió y cortó un uniforme de la selección mexicana para usarlo durante la XL Marcha del Orgullo LGBTTTI , a las cual asiste sin falta desde hace 35 años.
“ Sabía que el Mundial estaría en la fecha de la marcha y por eso desde hace un mes me preparé con este modelo. Es apoyar a la selección y a la marcha”, afirma mientras sostiene un balón blanco.
Por las calles de la Zona Rosa , proveniente de la Glorieta Insurgentes, Eduardo Rosas, de 20 años, viajó una hora desde Ecatepec, Estado de México, para participar en esta marcha a la cual considera como una necesidad, porque la próxima semana se elegirá un nuevo Presidente de la República y quien sea elegido debe voltear a ver a la comunidad gay .
“Porque la diversidad gay tenemos varias demandas que deben ser atendidas desde el el primer día como son los crímenes de odio y la discriminación que todavía padecemos de una sociedad que muchas veces es intolerante”, señala.
Para el estudiante de Ingeniería del IPN , a pesar de que estamos en 2018, “muchas veces pareciera que estamos en 1918 porque hay actitudes de intolerancia y de discriminación que no corresponde al mundo que vivimos”.
Los rayos del sol caen con fuerza mientras los alrededores del Ángel de la Independencia se siguen llenando de personas y carros alegóricos que se unirán a la marcha.
Una de estás personas es Adriana Carrillo, quien porta la camiseta de la selección mexicana de fútbol y quien afirma que sabía que es lesbiana desde que tiene uso de razón.
a acompaña Luisa, su amiga de la universidad, y quien señala que en todo el país se deben de impulsar leyes que permitan que la comunidad de la diversidad sexual ejerza con plenitud sus derechos humanos.,
“La Ciudad de México es más tolerante y es una ciudad más tolerante, pero hay lugares en los que la comunidad gay no puede ni salir al parque y agarrarse de la mano y ya no digo besarse porque los ven mal o la policía los detiene por supuestas faltas a la moral”.
Organizadores de la marcha calculan que a esta celebración asistan alrededor de un millón y medio de personas.
ahc