La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reiteró la necesidad de que los mexicanos tengan un salario mínimo que les permita garantizar sus necesidades básicas, al destacar que éste enfrenta un déficit de 9.25 pesos.

En el marco del Día del Trabajo, el organismo indicó que de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en marzo de este año el valor promedio de la línea de bienestar osciló entre mil 928.67 pesos para el ámbito rural y hasta 2 mil 985.48 en el urbano.

Respecto al monto del salario mínimo vigente para 2018, eso representa que el costo de los satisfactores mínimos alcanzó un máximo de $97.88 diarios en zonas urbanas, lo que representa un déficit de 9.25 pesos.

Enfatizó que en las áreas rurales la situación es más compleja, debido a que persisten serias carencias de accesibilidad, disponibilidad y calidad de los satisfactores.

La comisión señaló que a pesar de que en marzo pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimó un crecimiento anual de 2.8% para México en este año, hay pocos avances en política económica y social que reviertan la desigualdad de ingresos.

Expresó que conforme al estudio “México justo: políticas públicas contra la desigualdad” , presentado por Oxfam, las 10 personas más ricas del país acumulan la misma riqueza que el 50% más pobre.

Ante este panorama, la CNDH recordó que en el artículo 123 de la Constitución se establece que el salario mínimo debe comprender las necesidades normales, tanto materiales, como sociales y culturales de las familias.

En su Observación General 18, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Comité DESC) destacó la necesidad de que el salario mínimo sea congruente con las necesidades básicas de los trabajadores, principalmente la alimentación, la salud, la vivienda y la educación.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó que para determinar el nivel de los salarios mínimos deben considerarse las necesidades de los trabajadores y de sus familias, y los factores económicos como la productividad y un alto nivel de empleo.

Resaltó que la suficiencia del salario mínimo es imprescindible para los derechos humanos laborales y es interdependiente con las garantías civiles, políticas, sociales, económicas y culturales, incluso con el concepto de calidad de vida, como se establece en los Objetivos ocho y 10 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, correspondientes a trabajo decente y abatimiento de las desigualdades.

La CNDH considera que la determinación de un salario mínimo que cubra las necesidades vitales es un tema que debe incluirse en el próximo Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 y dentro de la agenda política del país, e hizo un llamado a las autoridades y sociedad civil a revisar las directrices que planteó en el estudio “Salario Mínimo y Derechos Humanos”.

av

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