Desde el 26 de junio, el Señor del Veneno abandonó la Catedral Metropolitana para ser restaurado , con el fin de estar en óptimas condiciones para que las nuevas generaciones lo puedan venerar.

El padre José de Jesús Aguilar , director de Arte Sacro de la Arquidiócesis de México , detalló que la restauración de la imagen, ubicada en el Altar del Perdón, estará a cargo de Agustín Espinosa Chávez , quien fue director de Restauración de Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Ante la necesidad de dar una limpieza profunda y mantenimiento al Cristo que data del Siglo XVIII , el venerable cabildo destacó la obligación de restaurarlo, por lo que se coordinaron esfuerzos entre la iniciativa privada, la Secretaría de Cultura y la Dirección General de Sitios y Monumentos de esa dependencia.

“Los fieles extrañaran la presencia de la imagen, pero esperan su regreso con la convicción de que sea resurtarada para la veneración de muchas generaciones”, expresó Aguilar.

De acuerdo con la tradición católica, el Señor del Veneno era un Cristo de color natural, pero se tiño de negro cuando, al salvar a un hombre al que intentaban envenenar, absorbió de pies a cabeza el líquido. 

Aguilar refirió que con ello se recuerda que en la cruz, Cristo absorbió los pecados de la humanidad; “el veneno del alma para purificarla”.

Los fieles que frecuentan la imagen aseguran que el Señor del Veneno “absorbe” sus padecimientos, infecciones y dolores.

Por ello, al término de la celebración, cinco devotos expusieron su testimonio de los milagros recibidos, entre ellos un joven, quien agradeció a Dios la sanación de su esposa a la que los médicos habían desahuciado.

Con una misa solemne, cada 19 de octubre se celebra la fiesta de la milagrosa imagen del Señor del Veneno en la Catedral Metropolitana, a la que acuden cientos de fieles devotos.

En agradecimiento al también llamado “Cristo Negro” , los fieles le ofrecen cirios, flores y artículos de despensa para repartir a otros feligreces. Los devotos que acuden a misa con imágenes y crucifijos del Cristo de tez negra y pies recogidos, solicitan todo tipo de gracias, en particular sanaciones.

La imagen del Señor del Veneno está fabricada de pasta de caña, a modo de una técnica indígena muy antigua.

El Cristo se encontraba en la capilla del Seminario de Porta

Coeli de la Ciudad de México, pero tras ser clausurada al culto público en 1935, fue trasladada a la Catedral de México. Desde entonces, miles de fieles sienten curiosidad y admiración por esta escultura.

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