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Cristian, la hija de dos años de Lorena Aguilar, grita a todo pulmón y hace que retumben las paredes blancas de la guardería: “¡Mami, mira el pastel que hice con la maestra!”, y muestra el postre hecho con plastilina.
“Ella casi no hablaba, aquí fue donde comenzó a hablar porque de verdad no hablaba nada, nadita, y fue aquí donde le ayudaron a hacerlo, al igual que le pasó a mi otro hijo, Carlitos”, asegura la beneficiaria del programa de estancias infantiles del gobierno federal.
“Estar aquí les ha ayudado en su desarrollo, en su comportamiento. Eran muy cohibidos, groseros, pero ahora dicen a todo ‘gracias’ y ‘por favor’. La verdad es que la educación es mucho mejor”, afirma.
Es la estancia infantil Osito en Naucalpan, Estado de México, donde Lorena ha encontrado un apoyo para trabajar como estilista al dejar allí a dos de sus cuatro hijos
“Si no estuviera esta guardería no podría ir a trabajar porque no tengo con quién dejar a mis dos hijos pequeños”, comenta.
Señala que el hecho de que desde diciembre el gobierno federal no ha entregado recursos a las estancias infantiles como lo había hecho la pasada administración es algo que “me preocupa mucho porque no tengo con quién dejar a mis dos hijos. Mis otros dos hijos son unos adolescentes, van a la secundaria, pero ellos no podrían cuidarlos porque es necesario que profesionales lo hagan”.
Ante la pregunta sobre de qué tamaño sería la afectación si el apoyo del gobierno federal disminuya, Lorena Aguilar de inmediato afirma: “Muchísimo, porque con mi economía no tendría para pagar una guardería”.
Y ante la propuesta de que sean los abuelos quienes cuiden de los menores a cambio de recibir un monto económico, Lorena Aguilar se opone porque considera que la educación que se otorga en esta estancia no se puede comparar a la que reciben con familiares.
“Antes de que los trajera a la guardería los cuidaban mis abuelos y estaban superconsentidos. No hay comparación ni en el aspecto educativo ni de normas. Necesitan convivir con gente de su edad para que puedan socializar. Sería un retroceso si regresaran a que me los cuidaran en la casa, porque no es el mismo nivel”, indica.
Aquí los niños aprenden a hacer cosas que les ayudarán cuando entren al kínder y a la primaria. Además, aquí mis hijos ya saben contar colores y contar en inglés. En mi casa eso no lo podrían obtener”.
Lorena pide al presidente Andrés Manuel López Obrador que “piense bien lo que va a hacer porque muchos padres lo necesitamos”.