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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Como sucedió el 10 de junio de 1971 en el llamado Halconazo, el lunes pasado individuos con palos y piedras agredieron a estudiantes universitarios que realizaban una protesta cerca de Rectoría de la UNAM, en lo que fue señalado por las autoridades de la institución como un ataque artero y brutal.
Con similitudes como el hecho de que los porros llegaron el lunes en camiones, con armas punzocortantes y bombas molotov, la tarde del 10 de junio de 1971, mientras una movilización de estudiantes avanzaba por la calle Instituto Técnico Industrial y la calzada México-Tacuba, el contingente fue atacado por jóvenes armados con varas de bambú y otate.
De acuerdo con la UNAM, los presuntos agresores del lunes pasado fueron “grupos conocidos como Treinta y dos, del CCH Azcapotzalco; 3 de marzo, del CCH Vallejo; la Federación de Estudiantes de Naucalpan, y otras organizaciones de vándalos conocidos como grupos porriles”, de los que los alumnos piden sean sacados de las instalaciones de la Universidad ante su accionar violento, estrategia confirmada a EL UNIVERSAL por El Pelón, quien forma parte, desde hace 20 años del grupo porril Los Lagartos, de la Preparatoria 5 José Vasconcelos.
El Pelón narra que en ocasiones los mismos profesores utilizaban a estos grupos para atemorizar a los estudiantes de nuevo ingreso.
De acuerdo con este hombre, una vez que un estudiante de nuevo ingreso decidía unirse a Los Lagartos, éstos le ponían pruebas que debía superar para demostrar que estaba apto para ser parte de ellos. Los llevaban a la explanada, les tiraban cohetes y petardos, los rapaban, les pegaban, los desnudaban y los hacían subirse al asta bandera mientras les gritaban: “¡Pelones, pelones!”. Actualmente, los llevan a lugares apartados, los desnudan, los meten en ríos de agua fría y en ocasiones los golpean. Después celebran con cerveza que son parte del grupo.