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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
La ganadora del 23 Premio de Ecología y Medio Ambiente Miguel Alemán Valdés, Julia Carabias Lillo, hizo un llamado de “gran urgencia” para realizar un “profundo debate y reflexión” sobre el papel de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), institución que ha sido debilitada por los constantes recortes financieros.
Carabias Lillo recibió el premio que le entregó la Fundación Miguel Alemán Valdés para promover “la excelencia en el avance del conocimiento y cuidado del ambiente físico y biológico de México, así como el impacto de esas acciones sobre el país y su sociedad”.
El premio constó de 300 mil pesos que entregaron la Fundación Miguel Alemán y Fundación Azteca, de Grupo Salinas, suma que la investigadora donó en su totalidad a la asociación civil Natura y Ecosistemas Mexicanos, A.C., que ella fundó y en la que colabora en la conservación, manejo y restauración de la Selva Lacandona, en el estado de Chiapas.
Al recibir el premio señaló que la Conanp, institución formada en el año 2000 y que después de su nacimiento y corto crecimiento, “ha quedado debilitada por muchos recortes de recursos financieros federales”.
Consideró de “gran urgencia” generar un debate y una reflexión profunda para hacer sentir al próximo gobierno la importancia y fuerza que la Conanp debe tener.
“No se le está dando la importancia de la responsabilidad que esta institución tiene. Además, se han desprendido de mucho personal calificado y altamente comprometido, con mucha experiencia. La falta de orientaciones y divisiones de largo plazo no ha permitido que esta joven institución madure y esté al alcance de las exigencias que tenemos en México para conservar el patrimonio natural”, dijo.
El Premio de Ecología y Medio Ambiente Miguel Alemán Valdés se instituyó en 1992 con el objeto de incentivar el avance del conocimiento para el cuidado del ambiente físico y biológico del país, al reconocer la labor de base científica y tecnológica puesta en práctica en acciones para la conservación y para el manejo sustentable del capital natural del país.
A Carabias Lillo se le entregó una mención honorífica porque a través de la organización impulsó un programa de desarrollo rural integral sustentable para revertir el deterioro y pérdida de los recursos naturales y por haber logrado impactar positivamente en la sostenibilidad de las familias para producción de sus alimentos en el Estado de México.
El presidente de la fundación, Miguel Alemán Velasco, señaló que el premio reconoce merecidamente a Carabias Lillo. Alertó que la riqueza y la diversidad biológica de México ha sido amenazada por las actividades del hombre y la sociedad.
“Las decisiones que toman gobiernos como el de Estados Unidos, de revitalizar industrias altamente contaminantes, amagan en incrementar sensiblemente la huella ambiental que dejará impactos lamentables sobre ese país, pero también a nivel global”, dijo.
“La amenaza del cambio climático se convierte a pasos acelerados en impactos de catástrofe ambiental a lo largo y ancho de todo el planeta. Es imperioso emprender campañas de sensibilización y de acción internas para revertir, o cuando menos detener, el deterioro ambiental. Es urgente capacitar a líderes políticos sociales y rurales para enfrentar los retos ambientales en los diferentes estratos”, agregó.