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La Organización de Naciones Unidas y organismos internacionales están interesados en colaborar con el nuevo gobierno y le exigen “que reconozca la situación que vive México en cuanto a desplazamiento forzado interno y se acepte que realmente existe una guerra”, dijo Gildo Garza, representante del colectivo Periodistas Desplazados, quien entregó en Ginebra un informe de esa problemática.

“En México, si no te matan te desplazan”, lamentó el periodista de Tamaulipas, pues, según el colectivo, más de 70 comunicadores han sido forzados a dejar su lugar de origen por la violencia e incluso por realizar investigaciones sobre corrupción.

Garza se reunió en junio pasado con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, en Ginebra, por invitación de la relatora Especial de Derechos Humanos especializada en Desplazamiento Interno, Cecilia Jiménez-Damary, donde entregó un reporte sobre la situación de los comunicadores que han tenido que abandonar sus estados.

Tras el encuentro, los organismos internacionales “están muy interesados en dar su apoyo al nuevo gobierno y exigirle que reconozca la situación que vive México en cuanto al desplazamiento forzado interno, que acepte que realmente que existe una guerra, que no es por parte del Estado, sino de los cárteles y de la delincuencia, la cual está afectando a la sociedad civil y también a los periodistas”, expresó.

“El reporte de incidencia tuvo mucho eco ante la sociedad internacional, tanto que ellos quieren reunirse con el nuevo gobierno y mandan ese mensaje a Andrés Manuel López Obrador, para que la sociedad civil y nosotros, que somos los afectados, tengamos también participación en la toma de decisiones para que esto pueda cambiar”, indicó Garza.

Destacó que en la reunión se abordaron las agresiones contra periodistas y las afectaciones a la libertad de expresión, así como las zonas silenciadas que ha mencionado la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

De parte del colectivo, el llamado al virtual presidente es que le dé la oportunidad de explicar el problema de agresiones a comunicadores que coarta la libertad de expresión en el país y que escuche “lo que sufre un periodista desplazado, que es una muerte en vida”.

Los estados con mayor incidencia son Tamaulipas, Guerrero, Veracruz, Sinaloa y Chihuahua. Según Garza, la principal causa del desplazamiento es la violencia, pero agregó que los reporteros también corren riesgo cuando denuncian corrupción, porque se vuelven “incómodos para la administración pública” y eso deriva en campañas de desprestigio en su contra.

“Esa es una situación desgraciadamente muy delicada, porque no nada más atentan contra el periodista, sino contra la ciudadanía en general, que empieza a tener una crisis de credibilidad”, lamentó.

Garza, quien sufrió en carne propia el desplazamiento forzado, alertó que otro de los problemas es la falta de solidaridad dentro del gremio, “porque, desgraciadamente, cuando pasan este tipo de situaciones al periodista, aparte de hacerle una campaña sucia para desacreditarlo, el periódico, la radio o la televisora lo dejan a su suerte, lo despiden”, por lo que el colectivo busca que se reforme la Ley General del Trabajo para proteger a los comunicadores.

Destacó que el objetivo de los actos violentos es silenciar a periodistas, lo cual se cumple porque se infunde miedo en la comunidad y eso causa autocensura, pero el colectivo busca que los miembros del gremio recobren la confianza y la seguridad para continuar ejerciendo su labor.

Entre los proyectos de Periodistas Desplazados está la creación de una radio comunitaria y un canal de televisión vía internet en el que los reporteros puedan retomar sus actividades sin miedo.

Como periodista que se vio forzado a abandonar Tamaulipas, Gildo Garza narró que es sumamente difícil tener que huir con familia y comenzar de nuevo sin trabajo, sin dinero y sin las condiciones que garanticen su seguridad.

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