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El contagio de la hepatitis es cada vez más común y la de tipo C es la de mayor preocupación de los cinco que existen de esta enfermedad de la que están infectadas de manera crónica alrededor de 71 millones de personas en el mundo; en México la padece entre 1% y 3% de la población, destacó César Rivera Benítez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Para la de tipo C aún no existe vacuna y, una vez adquirida, se desarrollan formas crónicas que pueden llevar a complicaciones hepáticas a mediano y largo plazo. La que más inquieta es la fibrosis y cirrosis hepática, asociada al adenocarcinoma hepático, detalló.
Aclaró que si la hepatitis en cualquiera de sus tipos (A, B, C, D o E) es diagnosticada y tratada a tiempo puede curarse hasta en 98% de los casos.
En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, que se conmemoró ayer, Rivera Benítez indicó que esta enfermedad consiste en un proceso inflamatorio del hígado por causas de origen tóxico, infeccioso, degenerativo o neoplásico.
“La tipo A y E se adquieren vía oral, a través de alimentos contaminados; en la B y C el contagio es a través de transfusiones, contacto de mucosas, perforaciones en la piel, tatuajes, uso de agujas contaminadas y lesiones ocasionadas con objetos cortantes; la D se adquiere cuando el paciente ya padeció hepatitis crónica B y se agrega el antígeno delta para complementar la infección”, explicó el especialista.
“La A y B se previenen con vacunación, la E con el buen manejo de alimentos, pero en la C no existe vacuna y es preocupante porque en estos casos se desarrollan formas crónicas”.