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Por recibir sus tratamientos antirretrovirales incompletos y en algunos casos caducos, derechohabientes del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) que viven con VIH cerraron ayer la avenida Insurgentes Norte, en la Ciudad de México, para exigir que Luis Antonio Ramírez, director del organismo, los atendiera.
“No nos vamos a mover hasta que nos atiendan, defendemos nuestra vida en un país que se niega a escucharnos”, gritó Georgina Gutiérrez Alvarado, representante de Movimiento Nacional de Lucha contra el Sida.
Los pacientes también denunciaron que los encargados de las farmacias del instituto les retienen sus recetas y no se las surten completas.
“Eso es corrupción, se puede hablar de un probable mercado negro, porque no sabemos qué hacen con los medicamentos que no entregan”, comentó.
Flor Nájera se atiende en el Hospital Adolfo López Mateos hace más de 25 años. Para ella, “vivir de prestado” se le ha hecho común, pero ahora su mayor preocupación es que el ISSSTE no le cambie la dosis de Darunavir de 600 miligramos, que en el mercado privado cuesta hasta 13 mil pesos.
“El instituto nos quiere obligar a tomar la dosis de 400 miligramos, hasta han hablado con los médicos para que nos convenzan, pero no están de acuerdo. Hacer eso nos puede matar”, dijo en entrevista.
Acompañada de pacientes e integrantes de organizaciones civiles que cubrieron su rostro con máscaras de lucha libre, Gutiérrez Alvarado exigió al titular del instituto que les den los 12 tratamientos antirretrovirales que requieren al año.
