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Abel Cruz Hernández, conocido como el doctor Cruz por sus programas en radio y televisión, es médico cirujano por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y diputado federal por el Partido Encuentro Social. Él sí está orgulloso de representar al Congreso mexicano, dice, porque no se ha robado nada de los ciudadanos.
Su carrera política no es nueva, inició como líder juvenil en su natal Hidalgo, luego participó como staff en la campaña de Luis Donaldo Colosio, pero nunca había estado en ninguna organización política, hasta ahora.
Tiene poco tiempo en el ámbito, lo sabe, pero así como el día le dura para grabar un programa de radio, otro de televisión, atender a sus pacientes en el consultorio de la colonia Roma Norte y leer las iniciativas que votará en el Palacio Legislativo de San Lázaro, espera hacer mucho a favor de una política de salud preventiva.
Abel Cruz lamenta que en algunos sectores de la sociedad se considere una vergüenza ser legislador pues, asegura, cuando se trabaja no hay nada de qué avergonzarse.
¿Por qué ser diputado?
—Es algo que todos traemos dentro, querer hacer algo por nuestro país al ver las condiciones en las que estamos. Es importante. México es rico en personas que tenemos diferentes necesidades y debemos luchar para que ese tipo de requerimientos sean cubiertos de una manera adecuada.
Los que andamos a pie, quienes vivimos fuera de lo que es la parte política, vemos más las necesidades de todo el pueblo y creo que es importante que cada uno, desde la trinchera en la que estemos, tratemos de hacer algo, aunque se escuche trillado.
¿Qué temas va a llevar al pleno?
—Vamos a ver el tema de los trasplantes de órganos. Desgraciadamente ahorita se envió una iniciativa [en la materia] en la cual se violentan los derechos humanos con el cambio de una palabra.
Otro tema muy importante para mí es la salud preventiva. Somos un país en el que, se supone, tenemos medicina social y debe ser 100% preventiva. Debemos invertir más en medicina preventiva, porque sólo invertimos en medicina curativa, en cirugías y medicamentos.
¿Qué hace falta legislar en materia de salud en México?
—La prevención. En México casi 30% del ingreso de los hogares se va en atender enfermedades, porque el gobierno no puede soportarlo. Si educáramos a las personas para llevar una alimentación sana, no se enfermarían de tantas cosas.
No se está haciendo, por eso somos el primer lugar en obesidad infantil, con niños con diabetes e infartados.
Mi propuesta es hacer una especie de escuelas de nutrición y abrirlas a todas las personas; hay quien piensa que sale muy caro, pero no, existen los medios. Hay escuelas en el municipio más pequeño, hay médicos, gente que hace su servicio social.
¿Conoce el proceso legislativo?
—Es lo que me dicen: “¿Tú qué haces ahí si no sabes hacer leyes?”. Perdón, para eso están los asesores, para todos los cuestionamientos que tenga.
¿Le gustan las leyes?
—Las leyes mexicanas son las más efectivas que puede haber a nivel mundial. De nuestras leyes tenemos abogados maravillosos que las conocen y saben hacerlas.
El problema es la aplicación, no las aplican de manera adecuada, se “tuercen” y eso es lo peor que podemos hacer, torcer las leyes.
¿Se “tuercen” por la corrupción?
—Sí, somos un país de doble moral y no es una cuestión cultural, es que casi nos obligan a delinquir. Si no doy dinero, no pasa el trámite, y si no doy, el policía no me deja estacionarme en la esquina, pero también es cuestión de educación.
Duele hablar de corrupción porque parece lenguaje popular, pero hay diferencia: ¿Somos corruptos o somos un país corruptible? hay una diferencia enorme. Somos un país corruptible, no corrupto, las leyes son buenas, pues hay que cooperar con ellas, en su aplicación, eso es lo único que hay que hacer.
¿Qué le dicen sus pacientes?
—Desde hace tres años que me eligieron, gracias a Dios, y me dicen cosas buenas. Tenemos una concepción mala de la política, pero es el arte de vivir en una buena convivencia, por eso somos políticos todos, se trata de mediar.
La gente me dice: “Doctor, haga algo”, y también había quien me decía: “No te metas, te van a dar una quemada de aquellas”, pero ¿por qué?
Hay una frase que dice que la diputación dura tres años, pero la vergüenza dura toda la vida.
—O el orgullo. No es vergüenza estar ante un símbolo como el Congreso. ¿Por qué me va a dar vergüenza? Vergüenza que salga con una pistola y robe, vergüenza es que todo lo que tengo me lo haya robado.
Pero los diputados se otorgan bonos y tienen un sinfín de beneficios por las que a la gente le da la impresión de que roban.
—Entonces que nos quiten a los empresarios como yo o a los deportistas las cantidades millonarias que ganan por meter un gol. Yo me quedo con lo que vivo ahorita, ando loco, emocionado, subiendo a tribuna, mi día termina a las cuatro de la mañana y empieza a las seis y media.
No me da vergüenza ser servidor público, tienen el derecho de exigirnos y nosotros la obligación de cumplir y el derecho de sentirnos orgullosos por decir: “Soy diputado”. La gente que sienta que le están robando, que vaya a ver a su diputado y le diga: “Me cumples”.
¿Cómo está combinando sus actividades en el consultorio y en la curul?
—Antes no ponía horarios de consulta. Yo tengo una vida loca, llevo a los hijos a las seis de la mañana a la escuela, hago algunas cosillas aparte, tengo que grabar programa de radio y televisión, y daba consulta conforme llegaba la gente, pero ahorita ya damos consulta por cita.
¿Apoya al candidato presidencial de su partido?
—Apruebo al que apoya mi partido, por supuesto que sí, tengo que ser congruente. Apoyo a Andrés Manuel [López Obrador] porque es el candidato de mi partido.
¿Qué opina de la guerra sucia?
—Pienso que le resta al proceso a electoral. Todas las campañas deben ser de propuestas y no de ataques, el problema es que en todos los países del mundo es así.
¿Ganará AMLO?
—Ganó Trump, gracias a los medios de difusión, al enojo de la gente y a la polarización. Eso es lo peor del asunto, la polarización, y está pasando en México. Deberíamos ser conscientes de que las polarizaciones destruyen países, pero hay que aprender a caminar juntos, todos cabemos en México, pero nuestro país está como está, yo diría, que “ya sabemos por qué”.