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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Aunque esta consciente de los efectos que está causando en su organismo la adicción a la marihuana, Juan, un joven de 32 años, nativo de Chetumal, Quintana Roo, afirma que no la dejará de consumir, pero sí le preocupa que su hijo adolescente de 14 años se haga adicto.
Desde los 10 años conoce la marihuana y por temor no la había probado, pero el haberse empleado en un crucero en Estados Unidos, primero lo convirtió en un adicto pasivo, porque compartía habitación con compañeros que consumían, y actualmente la fuma a diario, por lo que en promedio gasta mil 700 pesos al mes por este producto.
Es padre de un joven de 14 años y de una niña de 8. Lo que más le asusta es que sigan sus pasos, porque él pasó de probar, experimentar, a quedarse preso de esta droga, afirmó.
Juan es sicólogo, pero no ejerce, trabaja en la rama de los servicios turísticos en Chetumal y asegura que en su entorno existe un alto porcentaje de consumo de marihuana, desde los turistas que llegan preguntando donde pueden comprar “café”, clave usada para conseguir la droga, hasta sus propios compañeros y jefes, quienes también comparten el gusto por esta hierba.
“Muchos se me acercan y preguntan dónde puedo comprar ‘café’, es la clave entre las personas que fuman marihuana y les comparto los datos de algunos proveedores, porque para conseguirla igual se corren riesgos, me han asaltado y amenazado con pistola en algunos domicilios, porque piensan que soy policía”, expresó.
Es un consumidor moderado y la marihuana le ha ayudado a auto controlarse porque antes era muy agresivo.
“Me ayudó a cambiar mi estado emocional, era muy agresivo, pero siento que me está afectando la memoria, me cuesta trabajo concentrarme y todo lo olvido”, platicó.
Conseguir marihuana en Chetumal no es nada difícil; por el contrario, Juan dice que tiene un proveedor foráneo que le regala cantidades importantes de esta droga cuando visita la ciudad e igual tiene ubicados domicilios donde la puede comprar con mucha facilidad.
“Tengo mis proveedores, en mi círculo de consumidores nos compartimos información de quién nos puede vender de manera segura, sin correr riesgos”.
Relata que en su mundo “marihuano” hay desde abogados, doctores, políticos y gente sin preparación. Se pronuncia porque se permita el consumo de marihuana, pero no le gustaría que sus hijos lo hagan.
“No he pedido ayuda clínica, pero dentro de poco voy a necesitarla, porque con cualquier pretexto la consumo, si estoy muy estresado, si tengo dolor de cabeza, por todo quiero fumar y va aumentando la adicción y la afectación en mi organismo”, señaló.
Sabe que Quintana Roo se ubica en el primer lugar en el consumo de marihuana en México e incluso existen regiones en la entidad, como Cozumel, donde el costo de este enervante es más económico y de mejor calidad por los constantes recales de la droga en las costas de la isla.
“En Cozumel puedes comprar en 300 pesos la onza, cuando está a mil 400 pesos y alcanza para 20 días de consumo diario”.
En el caso de Chetumal, agregó que el “mercado” tuvo que evolucionar y empezaron a traer de diversos tipos, colores y variedades e incluso actualmente circula la “Afgana”, porque afirman la traen de Afganistán y los niveles de THC son más elevados y producen un mayor efecto en el cuerpo.
“Esta hierba es más fuerte y más cara, pero te produce un estado de meditación, letargo, te duermes y despiertas y no sabes qué fue lo que hiciste, tienes lagunas mentales, olvidadizo”, aseguró.
En la ciudad también circula marihuana proveniente de Sinaloa, Oaxaca y San Luis Potosí.