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Ciudad de México.- Los integrantes del éxodo humanitario de Centroamérica atraviesan el país con agotamiento emocional, depresión, ansiedad y angustia, encontraron integrantes de la Clínica de Bienestar de la Universidad Iberoamericana.
Tras analizar los resultados de las intervenciones psicoeducativas que se llevaron a cabo en la Ciudad de México, los psicólogos de la Ibero encontraron que los integrantes de la llamada “caravana migrante” presentaron además agotamiento extremo, por lo que sus reacciones eran “más lentas y viscerales”; y la poca energía que tenían la transformaban en tristeza y en enojo.
“No sólo se trata de un problema psicológico, sino social y político con múltiples aristas. Lo menos que se puede hacer en términos humanitarios es hablar con ellos, distraerlos, hacerles conciencia del lugar en el que están y de lo que podrían enfrentar en un tiempo inmediato. Son personas que no están en esta situación por gusto”, explicó el psicoterapeuta de la Clínica de Bienestar, Juan Carlos Hurtado Vega.
Abandonar por la fuerza el país del cual se es originario
puede convertirse en una experiencia traumática;
este riesgo que se incrementa cuando las personas se enfrentan a condiciones como las de quienes viajan en la caravana migrante.
“Tener vicisitudes, pérdidas, hambre y lesiones se quedan grabadas y pueden afectar la salud mental. Son personas que se deprimen, pierden la esperanza y se vuelven agresivas”, señaló el especialista.
“La experiencia de vivir un trauma se suma a otras pérdidas, no sólo la de abandonar el país, sino poner en riesgo la salud y no tener certidumbre. La frustración lleva a reaccionar de manera agresiva, lo cual no implica que las personas sean malas; simplemente, las circunstancias y la falta de opciones, así como la necesidad de sobrevivir, pueden provocar desilusión y por esta razón las personas pueden reaccionar de forma violenta”, añadió.
Psicólogos de esta institución realizaron intervenciones psicoeducativas entre personas que se albergaron en el estadio Jesús Martínez “Palillo” en la Ciudad de México entre el sábado 3 y el viernes 9 de noviembre.
El objetivo de llevar a cabo este tipo de intervenciones psicológicas entre los integrantes de la caravana, es apoyar a que utilicen sus propios recursos psicológicos, refuercen sus herramientas emocionales y cognitivas, y de esta forma tomen mejores decisiones.
“En cambio, al no recibir este tipo de ayuda, tienden a volverse más agresivos y menos tolerantes a la frustración, lo que puede provocar tensión con el resto de los integrantes de la caravana”, señaló el especialista.