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Un recorrido de nueve meses por todo el país en el que exploró los sabores y aromas de cada región, permitieron a la economista Ana Paula Gerard dar forma al libro México encuentros culinarios, en el que “doy a conocer la riqueza cultural de mi país, a través de un lenguaje distintivo de nuestra identidad: el de la comida”.
Acompañada de la escritora Laura Esquivel y el caricaturista Francisco Calderón, la esposa del ex presidente Carlos Salinas de Gortari recordó que la producción de este título nació en la primavera de 2016, cuando conoció al editor Hossein Amirsadeghi, quien le contagió su entusiasmo por mostrar “el corazón y el alma de México” mediante su gastronomía.
Durante el evento, al que asistió el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, junto a su esposa, la señora Perla Díaz de Ealy, Ana Paula Gerard dijo que la creación de este “encuentro culinario” la hizo lanzarse a la aventura, en la que se percató que la sabiduría gastronómica “es un poder suave, que nos seduce y nos otorga un sentido de pertenencia”.
Añadió que, a pesar de que México vive episodios de incertidumbre y encara desafíos, “nuestro país posee un perfil luminoso que no es posible soslayar. Durante nuestro recorrido nos encontramos una y otra vez con la evidencia irrebatible de un pueblo trabajador, orgulloso de sus orígenes, comunitario, solidario y ritual”.
En su recorrido por la República encontró personajes como Alejandra Carrillo, quien en busca de modificar la realidad de Camino Verde, un barrio marginal de Tijuana, participa de manera activa en Torolab, una organización instalada en un edificio en donde se imparten clases de música, se enseñan técnicas para cultivar pequeños huertos y se ofrecen cursos de cocina. “La violencia en su colonia ha disminuido gracias a este esfuerzo”.
Gerard rememoró el encuentro con Juan Huh, albañil originario de Mérida, quien, con el apoyo del chef Pedro Evia, instaló en su casa un comedor para alimentar a 84 niños de escasos recursos, situación similar a la de Alicia Sandoval, que luego de vivir una situación de abuso, se recuperó y comenzó a trabajar en un comedor para menores de edad apoyado por la Fundación Alsea.
“Unidos por nuestro amor al país, los creadores de esta obra pusimos la mira en un mismo objetivo: conformar un mosaico de México a partir de su cocina”.
En un inicio se trazó un itinerario de los lugares gastronómicos más representativos de México, pero al final se visitó cada uno de los 32 estados. “El mapa proyectado se extendió sobre la marcha, y con ello evidencia que en los sitios más recónditos aparece el milagro de un platillo maravilloso”, expresó la autora ante un público en el que se encontraba su esposo Carlos Salinas de Gortari.
Para ella, este libro le dio la oportunidad de reencontrarse con su patria. “El reencuentro me permitió viajar en el espacio y el tiempo, de regreso a casa y a los días de la infancia”.
Con emoción, comentó que heredó de su abuela y mamá las recetas de ciertos guisos que ahora le toca transmitir a sus hijos: Ana Emilia, Patricio y Mateo.
“Nuestra gastronomía se nutre de una cultura varias veces milenaria. Sus ingredientes básicos son los mismos que utilizaron nuestros antepasados prehispánicos: el maíz, los frijoles, el chile, y la calabaza en la milpa, sin olvidar el tomate y el cacao”.
Aseguró que, después de la gestación de este libro, comulga con la visión de una patria “tan íntima, tan hospitalaria y generosa como una alacena doméstica y, a la vez, tan colmada de cantos de entusiasmo y expectativas como una panadera. Por estos aprendizajes, la producción de este libro representa para mí un regalo invaluable”.
Agradeció al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, “mi esposo, quien ha sido un verdadero compañero, por su apoyo y sus agudas observaciones. En este contexto quiero compartir el orgullo que siento de ser mexicana”.
Al tomar la palabra, la escritora Laura Esquivel reconoció que el libro es algo “fuera de serie” por su contenido fotográfico, hecho con “mucho amor a nuestro país, a nuestra cocina y sólo puede provenir de alguien que conoce su país”.