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México se sitúa entre los países que peor tratan a las mujeres, indican reportes internacionales y centros de estudios consultados por EL UNIVERSAL. Además, mantiene importantes brechas entre las políticas públicas y su implementación efectiva.
Uno de los estudios consultados es el Índice de Mujeres, Paz y Seguridad 2019-2020 del Instituto Georgetown, en el que el país se posicionó en el lugar 103 de 167.
El documento se concentró en tres dimensiones: inclusión (económica, social y política), justicia (leyes formales y discriminación) y seguridad (en la familia, comunidad y otros espacios sociales).
En América Latina y El Caribe hay naciones como Venezuela (84), Nicaragua (88) y Argentina (48) que están mejor posicionadas. Incluso en la región, la mejor evaluada es Trinidad y Tobago, y el peor, Haití.
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Entre los 12 mejores se encuentran Noruega, Suiza, Finlandia, Dinamarca, Islandia, Austria, Reino Unido, Luxemburgo, Suecia, Países Bajos, Canadá y Estonia.
El US News & World Report de 2019 mostró que en ese año México cayó al puesto 60 de 80 en el ranking de los mejores países para ser mujer. Kazajistán (59), Turquía (52), Israel (43) y Arabia Saudita (41) lo superaron en cuestiones como derechos humanos, igualdad de género y de ingresos, así como en progreso y seguridad.
Los reportes destacan en el contexto del caso de Fátima, una niña de siete años que fue secuestrada el 11 de febrero y asesinada. Cuatro días después, sus presuntos verdugos fueron localizados y detenidos, pero antes ocurrió el asesinato de Ingrid Escamilla, de 25 años, quien fue víctima de su pareja.
Ante los feminicidios, colectivos organizaron un paro nacional el 9 de marzo próximo, que propone que las mujeres no realicen ninguna actividad, debido a la violencia.
Organismos internacionales también mostraron la gravedad del problema. La Orgaización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres mencionó que durante 2019 al menos 10 mexicanas fueron asesinadas cada día.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, “en términos de distribución geográfica, África y América son las regiones donde las mujeres corren mayor riesgo de ser ultimadas por sus parejas íntimas o miembros de la familia”.
En el continente africano, la tasa fue de alrededor de 3.1 víctimas por cada 100 mil habitantes de ese sector de la población, mientras que en América fue de 1.6; en Oceanía, de 1.3, y en Asia, de 0.9. La tendencia más baja se registró en Europa (0.7).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que en México, 63% de las mujeres mayores de 15 años declaran haber sido víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
En comparación con la Unión Europea (UE), con datos del Instituto Europeo de la Equidad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés), 31% ha experimentado uno o más incidentes de ataques físicos desde los 15 años, y se estima que una de cada 20 ha sido violada sexualmente.
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Aumentan los asesinatos
Informes del Observatorio de la Igualdad de Género (OIG), de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), muestran que en México se da un panorama de discriminación laboral, social y económico hacia ellas con un aumento de los feminicidios: la cifra pasó de 760 casos en 2017, con tasa de 1.2 por cada 100 mil, a 898 en 2018, con tendencia de 1.4, indica una serie de recuentos estadísticos de esa instancia del sistema de la Organización de las Naciones Unidas.
Sin constancia
El 17 de noviembre, EL UNIVERSAL publicó que, de acuerdo con datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), hay un gran rezago en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en América Latina; en la nación hay una gran inconstancia en su avance.
Basado en datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Observatorio de la Igualdad de Género puntualizó que la mortalidad materna por cada 100 mil nacidos vivos bajó de 89, en 1990, a 72.6 en 2000, pero luego aumentó de 34.6, en 2015, a 36.7, en 2016.
“Como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio [ODM], México se comprometió a reducir la muerte materna en tres cuartas partes entre 1990 y 2015”, recordó un documento de la OPS en poder de EL UNIVERSAL. En ese primer año la tasa era de 89.0 por cada 100 mil nacidos vivos en ese año.
“La evaluación realizada por el Observatorio de Mortalidad Materna [de México] en 2009 reflejó una razón de 62.2, lejos de ser alcanzada la meta planteada de 22.2 defunciones maternas por cada 100 mil nacidos vivos para 2015”, subrayó.
Al exponer las variaciones que ante ese fenómeno existen en el país, el organismo planteó dos panoramas. “En el interior del país existen diferencias en la razón de muerte materna entre los estados: en el sur se presenta una más alta en comparación con el norte, lo mismo sucede entre las zonas rurales y las urbanas, donde las primeras registran una tendencia mayor.
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“La inaccesibilidad geográfica, cultural, económica y social constituyen las principales razones de la desigualdad. No es suficiente que los servicios de salud estén disponibles, sino que la atención que brinden sea de buena calidad y apropiada, de acuerdo con los patrones culturales y sociales de la población”, resaltó.
De esta manera, los datos demostraron lo que explicó ONU Mujeres: “Hay una brecha de implementación entre lo que se establece en las leyes, planes, programas y presupuestos sobre los derechos de la población femenina y la implementación práctica y el cumplimiento en la vida diaria”.
Falta de paridad
Uno de los factores permanentemente evaluados por el Observatorio de la Igualdad de Género es el involucramiento de las mujeres en la toma de decisión en los diversos estratos políticos de los países.
Los reportes indicaron, con datos al 8 de julio de 2019, que las mexicanas ocuparon 36.4% del gabinete federal, en lo que equivalió al cuarto mayor porcentaje en América Latina y El Caribe, y frente a 18.8% en el periodo previo. No obstante, sólo 18.2% desempeñaron cargos de ministras en 2018 en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la quinta menor cifra entre las naciones de la región.
De acuerdo con el observatorio, la participación de las legisladoras en la Cámara de Diputados creció: 14.2%, en 1997; 16%, en 2000; 26.2%, en 2010; 42.4%, en 2015, y 48.2%, en 2019.
El dato de alcaldesas subió de 3.3%, en 1998, a 21.6%, en 2018, mientras que el de concejalas pasó de 23.2%, en 2004, a 40.5%, hace dos años, detalló.
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El Índice de Desigualdad de Género, que sirve para medir el empoderamiento de la mujer en salud, educación y estatus económico, reveló que en la actualidad las mujeres son las más preparadas en la historia; también que nuevas generaciones han logrado la paridad en el enrolamiento en la educación primaria, pero parece no ser necesario para lograr la paridad en la edad adulta.
En enero de 2019, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, destacó: “Las mujeres siguen recibiendo un trato menos justo que el de los hombres (...) Se enfrentan a más obstáculos para realizar trabajos remunerados, sufren de un alto grado de acoso y ganan una media de 14% inferior”.
Rezago en trabajo remunerado
El OIG mostró desde 2014 que el tiempo de trabajo remunerado a la semana de las mexicanas de 15 años y más fue de 20.5 horas y de los hombres llegó a 45.
Mientras tanto, puntualizó que el no remunerado alcanzó 41.9 y el de los varones sumó 14.7. Asimismo, el porcentaje de ese sector en pobreza aumentó de 31.5% en áreas rurales y 39.4% en urbanas, en 2014, a 44% y 45.3%, respectivamente, en 2016.
Aunque de 2000 a 2018 mermó el número de mujeres de áreas urbanas sin ingresos propios, los datos del OIG todavía son elevados: de 49.8%, en 2000, a 25.8%, en 2018, pero en el rango masculino con la misma edad pasó de 9% a 5.6% en el mismo periodo.
México, que en 1999 firmó y en 2002 ratificó el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que la ONU adoptó en 1999, registró que la cifra de mexicanas de regiones rurales de 15 años y más sin ingresos propios bajó de 47.5%, en 2000, a 24.4%, en 2018, mientras que la de los hombres de igual edad se redujo de 16.4% en 2000 a 6.3% en 2018, según el OIG.
Violencia laboral
En cuanto a regiones, un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2013 resaltó que en América la prevalencia de violencia física o sexual a manos de un compañero era de 29.8%.
El sureste de Asia se registró como la zona con mayor prevalencia (37.7%), seguida del este del Mediterráneo (37%), mientras que el área con menor tendencia fue el Pacífico Occidental (24.6%).