CDMX.- México ha eliminado 97.5% del máximo nivel de consumo de las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono (SAO), prescindiendo totalmente de los Clorofluorocarbonos CFC, Tetracloruro de Carbono (CTC), Halones y el Bromuro de Metilo, afirmó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ( Semarnat ), que se sumó al llamado de Naciones Unidas para protegerla.
En el marco del Día de la Preservación de la Capa de Ozono , este año la ONU hizo un llamado a todos los países a continuar “con el trabajo ejemplar de proteger la capa de ozono y el clima, en el marco del Protocolo de Montreal ”.
La dependencia explicó que el tema de este año es “Consérvate cool y continúa” , el cual tiene dos connotaciones: que el trabajo de proteger la capa de ozono también resguarda al medio ambiente y al clima, y que el Protocolo de Montreal es un tratado “cool”, como lo ejemplifica su éxito extraordinario.
La Semarnat recordó que México fue el primer país que ratificó el Protocolo de Montreal y que el país ha eliminado 97.5% del máximo nivel de consumo de las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono (SAO), prescindiendo totalmente de los Clorofluorocarbonos CFC, Tetracloruro de Carbono (CTC), Halones y el Bromuro de Metilo.
Destacó también que fue el científico mexicano Mario Molina, junto con el estadounidense Sherwood Rowland, quienes descubrieron la relación entre el agujero de ozono y los compuestos de cloro y bromuro en la estratosfera, lo que les valió el Premio Nobel de Química en 1995 .
“La capa de ozono es una franja frágil de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta".
El descubrimiento de que la destrucción del ozono provocaba un gran ‘agujero’ sobre la Antártida llevó a la firma del Protocolo de Montreal en 1987, en el que las naciones fabricantes de clorofluorocarbonos (CFC), que dañan dicha capa se comprometieron a detener la producción y a sustituirlos por otros compuestos menos dañinos”, explicó la Semarnat.
A finales de 2017 científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y de la NASA, que desde hace 25 años monitorean este fenómeno, informaron que el agujero de ozono en la Antártida, llegó a extenderse por 19.7 millones de kilómetros cuadrados, el más pequeño desde 1991 que se observa máximos diarios de aproximadamente 25.9 millones de kilómetros cuadrados.
mpb