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El sacerdote Marcial Maciel fue espiado por el Estado mexicano a través de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) en 1972.
En el archivo consultado por EL UNIVERSAL se expresa que el entonces director general de la orden de Los Legionarios de Cristo fue alertado de que un grupo perteneciente a su congregación, enviado al norte de Palestina para aprender tácticas subversivas por los jesuitas, pretendía regresar a México a poner en práctica los conocimientos adquiridos.
“Se sabe que siete jóvenes que pertenecen a su orden [Legionarios de Cristo] han sido enviados al norte de Palestina a recibir instrucciones sobre tácticas subversivas por los jesuitas y ahora pretenden venir a nuestro país para poder poner en práctica sus conocimientos, y dentro de la Iglesia crear problemas graves al gobierno”, detalla el archivo.
El objetivo del grupo era crear problemas en el gobierno, debido a estas condiciones, la orden de Marcial Maciel intentó alertar a Luis Echeverría mediante Mario Moya Palencia, quien era el titular de Gobernación y le entregaron la lista de los jóvenes del grupo La Liberación Palestina.
“Ha querido [Marcial Maciel] hacer del conocimiento de estos hechos a Mario Moya Palencia para preveer cualquier conflicto que posteriormente surgiese en México y en el cual se vean involucrados miembros de la orden que él preside”.
El informe indica que hizo entrega de un documento que contenía los siete nombres de los miembros que han perteneciendo a su congregación, en los que menciona a Noel Slater, quien, se dice en el escrito, tenía visa en Dublín para posteriormente llegar a México, y el cual, junto con los demás de la relación, estuvo recibiendo instrucciones en el grupo de La Liberación Palestina.
El 29 de julio de 1972 el sacerdote Marcial Maciel supo que varios jóvenes habían desertado de Los Legionarios de Cristo para unirse a la Orden del Sagrado Corazón de Jesús, el cual pertenecía a los jesuitas.
“El sacerdote Marcial Maciel, director general de la orden de los Legendarios de Cristo, manifestó que tiene una profunda preocupación porque ha observado que dentro de su orden los jóvenes están saliendo seducidos por la orden del Sagrado Corazón de Jesús (jesuitas), los que han hecho desertar de sus legionarios a un númeroso grupo”, inicia el documento.
Los jóvenes que más decidieron dejar de pertenecer a los legionarios, de acuerdo con el archivo, fueron los mexicanos, en específico los de Chihuahua y Monterrey.
Además, se le informó a Maciel que fueron enviados a Roma, Italia, para ser sometidos a un sistema de adoctrinación en el comunismo, maoísmo y técnicas de subversión.
“Considera que los elementos que más fácilmente son inducidos a su adoctrinamiento son los jóvenes mexicanos, entre los que predominan grupos de Chihuahua y Monterrey, éstos son enviados a la ciudad de Roma, en donde los jesuitas poseen un colegio al que denominan Mundo Mejor, en el cual son sujetos a un sistema de mecanización, que no es otra cosa que adoctrinarlos en el comunismo, maoísmo y técnicas de subversión”, se lee en el documento.
Al respecto, José Barba, quien fue miembro de los legionarios, consultado por El Gran Diario de México, indicó que le parece sorprendente que lo único que la DFS reportara del sacerdote Maciel haya sido un conflicto de carácter político.
“Me sorprende que en el archivo haya sólo esas páginas y ese contenido. El espionaje pudo enfocarse en muchas otras cosas; sin embargo, el tema es muy político”, expresó.
Comentó que en 1932 los jesuitas expulsaron a Maciel de su congregación y desde ese momento comenzó un conflicto casi personal.
Posteriormente, en el año 1975 el sacerdote buscó al entonces presidente Luis Echeverría Álvarez para hablar del tema de conspiración que supuestamente estaban preparando los jesuitas, informó.
Marcial Maciel fundó la comunidad de Los Legionarios de Cristo y el grupo Regnam Christi el 3 de enero de 1941 en la Ciudad de México. En su carrera como religioso fue impulsado por el obispo Rafael Guízar, quién además era su tío abuelo.
Maciel fue investigado por diferentes casos de pederastia entre octubre de 1956 y febrero de 1953.
En la actualidad, el Vaticano debate entre tres opciones para la congregación: la primera es disolverla; la segunda, refundarla, y la tercera, asignar a un comisario pontificio que conduzca a la legión.
Al término de la entrevista, José Barba indicó que: “Marcial [Maciel] siempre causó muchos problemas, no sólo en el Vaticano, también en la política del país”.