"Debería dejar de fumar... me acabo esta cajetilla y comienzo la próxima semana", piensa Graciela mientras enciende ese cigarro que, considera, la calmará al final del día.
Mientras da la primera bocanada observa la foto de un pulmón gris que está impresa en la cajetilla, por un momento se relaja, pero la idea de dejar de fumar le genera preocupación y miedo y se pregunta si será capaz de lograrlo.
Graciela es parte de los casi 2 millones de fumadores que hay en la Ciudad de México, de los cuales 653 mil son mujeres y 1.2 millones son hombres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat 2016-2017). Consume un cigarro por día, en contraste, los capitalinos fuman 6.3 cigarrillos al día. Como el 42.6% de los capitalinos, ha intentado dejar el hábito en más de una ocasión.
De acuerdo con la doctora Angélica Ocampo, coordinadora de la Clínica contra el Tabaquismo del Hospital General de México (HGM), dejar de fumar no es sólo cuestión de voluntad. Fumar es una adicción en la que intervienen factores físicos y sicológicos.
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“En cada descarga de nicotina se generan pensamientos, conductas y emociones que se vinculan con las actividades cotidianas del fumador. En esta situación, se involucran reforzadores intermitentes, positivos y negativos. Dejar el grupo en el que se tiene un sentimiento de pertenencia a través del tabaco evita que no motive a otros a dejarlo por el ambiente que se genera”, explica la doctora Ocampo.
Además la coordinadora de la Clínica Contra el Tabaquismo menciona que dejar el tabaco implica también un proceso de pérdida.
“Hay pacientes fumadores que cuando se despiden del cigarro, dicen verdaderamente adiós a un amigo. Es un pensamiento condicionado a través del cigarro. Estas personas sufren un duelo, porque pierden un aditamento al que le dieron una propiedad”.
La doctora Ocampo, explica que los factores que determinan la dificultad para dejar de fumar son: la cantidad de nicotina que el fumador ingresa a su cuerpo y el grado de dependencia psicosocial que tiene con el tabaco.
La especialista subraya que cuando se fuma en compañía de más personas, el cerebro reinterpreta el entorno a través del consumo de tabaco. Cada inhalación refuerza una conducta y el cerebro programa esta acción hasta convertirla en un hábito.
Angélica Ocampo menciona que si bien hay quienes han logrado dejar de fumar de un día a otro, eso no ocurre con todas las personas al tratarse de procesos mentales. No es que a las personas les falte voluntad para dejar de fumar y menciona que existen ensayos conductuales e intentos por llegar a la abstinencia. Cuando una persona en tratamiento vuelve a furmar dentro de seis meses se clasifica como recaída.
Por lo regular un fumador no tiene un estilo de vida saludable, se aleja de ellos porque reduce la capacidad y fuerza para actuar física y mentalmente.
"Cuando empieza el consumo de nicotina, la energía disminuye. El fumador sólo guarda energía para las ‘actividades importantes'", menciona la especialista.
La doctora Ocampo explica que los dependientes al tabaco no sólo dejan de hacer ejercicio, también pierden el sentido del gusto, y por lo tanto, aumentan la ingesta de café, consumen comida más picante, salada y con grasas.
¡Sí es posible!
De acuerdo con la psicóloga Victoria Villa de la línea telefónica “Vivir sin tabaco” de Locatel , para dejar de fumar se requiere de un tratamiento integral que involucre a un sicólogo y un médico. El primero dará seguimiento a la modificación de hábitos de vida, y el segundo realizará un examen clínico para identificar el daño ocasionado por el consumo de la droga en el organismo.
Si tú como Graciela quieres dejar de fumar o lo has intentado sin éxito, puedes llamar a Locatel al 56 58 11 11 y pedir que te comuniquen a la Línea Vivir Sin Tabaco.
Puedes consultar la página http://locatel.cdmx.gob.mx/vivirsintabaco/
O acudir a la Clínica Contra el Tabaquismo HGM. Su teléfono es 55 5786 0300ubicada en calzada de Tlalpan 572 colonia Moderna.
Estas son algunas razones por las que es difícil dejar de fumar
1.
Biológicamente el cuerpo evita los síntomas de abstinencia y tiende a mantener o aumentar la nicotina
2.
Sicológicamente dejar el placer del tabaco provoca una sensación de duelo que resulta insatisfactoria
3.
Socialmente el sentido de pertenencia se desplaza al aislamiento (del grupo fumador)
4.
Emocionalmente dejar de fumar ocasiona estados de ánimo no satisfactorios que el adicto prefiere no enfrentar
5.
Nutricionalmente el fumador se ve obligado a cambiar malos hábitos en su alimentación y un estilo de vida totalmente nuevo