Convencida de que las personas que viven con algún tipo de dolor deben hacerle frente para encontrar la paz, Teresa Alarcón Brockmann presentó su más reciente libro titulado “Dolor con amor se sana”.
Ante un auditorio lleno en el Club de Empresarios, la escritora invitó a los mexicanos a entender que el dolor es parte inevitable de la vida, pero de cada uno depende salir de la oscuridad y emprender el camino hacia la felicidad.
“Lo que espero con este libro es que quien lea una frase o una página, se toque fibra de su corazón que los lleve a encender la antorcha que los meta a un túnel de luz y de saber que el dolor, por profundo que sea con amor se sana y que para lograr esto, el ser humano debe elegir salir de las cavernas del dolor”.
Resaltó la necesidad de que como seres humanos no seamos indiferentes al dolor ajeno, puesto que solo así se alcanzará una sociedad en paz.
“Recuerdo esa canción en la que se le pide a Dios que el dolor no nos sea indiferente, y a mí el dolor ajeno no me es así, sobre todo el de los más cercanos a mi corazón, para ayudar a sanar, a acomodar lo que está mal, eso necesitamos para tener una nación donde reine la paz”.
Teresa Alarcón señaló que en su libro se recorren los “túneles” de la ansiedad que engañan al hombre y le hacen creer que morirá, además de la importancia de atender el dolor crónico, dado que este merma la capacidad de ser feliz.
“Cuando vivimos en el dolor entramos a las cadenas de la desilusión, en dejar esos proyectos con los que una vez soñamos y creemos que ya no se van a lograr, pero cada uno es capaz de salir avante y encarar al dolor”.
Enfatizó en que su libro no sólo aborda el dolor sino la valentía de la que es capaz una persona cuando decide alejarse del dolor.
“El libro se mece en la esperanza de sanación personal que es un arte y requiere de trazos y actitudes, que cada que algo nos hace mal existe la voluntad y decisión porque solo puede sanar quien decide hacerlo y ser feliz”, comentó.
La autora exhortó a la sociedad mexicana a revestirse de caridad y buenas acciones hacia nosotros y los demás, a través del perdón y con la convicción de que cada día es una oportunidad para ayudar a aquel que vive episodios dolorosos.
“Tenemos en nuestras manos la posibilidad de dar y sentir consuelo, de brindar la mano al necesitado, de ayudarnos a nosotros mismos y así disfrutar de paz”, finalizó.
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