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El Servicio Exterior Mexicano (SEM), el más antiguo en el país, puede considerarse como aquel que aparentemente vive dentro de un círculo de privilegios mientras sus integrantes están en activo, pero no es así.
Al llegar a la etapa de jubilación, los diplomáticos de carrera, ya sea de la rama técnico-administrativo o diplomático-consular, aseguran que se les deja en el olvido y con una pensión que en muchos casos es inferior a 5 mil 500 pesos mensuales y además deben enfrentar los retrasos de envíos de cheques por parte del ISSSTE, sobre todo para quienes decidieron y tuvieron la oportunidad de quedarse a vivir en el exterior.
El Servicio Exterior Mexicano fue fundado en 1829; se trata del servicio civil de carrera más antiguo del país. De acuerdo con la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM), son cerca de mil 300 diplomáticos mexicanos quienes lo integran, así como unos 200 nombramientos político-administrativos.
La Ley del Servicio Exterior Mexicano señala en su artículo 55 que causarán baja por jubilación los miembros de carrera que cumplan 65 años. Además, si durante los 10 años anteriores a la jubilación los integrantes no fueron objeto de sanciones, serán jubilados en el rango inmediato superior.
Un año antes de que los integrantes diplomáticos cumplan con esa edad, la oficina de personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) les advierte que su jubilación está próxima y deberán comenzar con los trámites correspondientes.
Y a menos que se trate de un embajador emérito o eminente, que son quienes reciben compensaciones económicas considerables, el resto del Servicio Exterior se jubila con el salario que se fija en tabulador ante el ISSSTE, ya sin bono alguno, seguro de gastos médicos mayores o cualquier tipo de privilegio que da la diplomacia, sobre todo para aquellos integrantes que representan al país en el extranjero.
Jubilados del Servicio Exterior han dado la batalla para que la Ley del Servicio Exterior Mexicano sea modificada y eleve el rango de edad para quienes pasan al retiro.
En el Congreso de la Unión se han presentado iniciativas al respecto, las cuales permanecen en el archivo.
La más reciente fue de 2016. Los senadores del PAN: Mariana Gómez del Campo, Jorge Luis Lavalle Maury, Salvador López Brito, Laura Rojas y Juan Carlos Romero Hicks presentaron una iniciativa con proyecto de decreto para reformar, entre otros, el artículo 55 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano en donde sugirieron:
“Artículo 55: Podrán causar baja por jubilación los miembros de carrera del Servicio Exterior que cumplan 65 años de edad, a menos que expresen su deseo de continuar en funciones y demuestren ser aptos física y mentalmente para ejercerlas. Los miembros de carrera del Servicio Exterior que durante los 10 años anteriores a su jubilación no hayan sido objeto de sanciones, serán jubilados en el rango inmediato superior”.
En la 61 Legislatura, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados dictaminó de manera favorable una iniciativa integral de reformas a la ley vigente del SEM que lo actualizaba, fortaleciendo su estructura y permitiendo elevar el rango de edad de jubilación. La iniciativa, entonces, fue elaborada por los priístas Heliodoro Díaz Escárraga, Carlos Flores Rico y Beatriz Paredes.
Sin embargo, para la 62 Legislatura, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, encabezada entonces por el priísta Eloy Cantú Segovia, decidió desechar la iniciativa con el argumento de que elevar el rango de edad para jubilación a 70 años violaría la Ley Federal del Trabajo.
En noviembre de 2013 el entonces presidente de la ASEM, embajador Ramón Xilótl, se reunió con la Comisión de Relaciones Exteriores para Europa, del Senado, que encabeza Rabindranath Salazar. El diplomático expuso la situación de los jubilados del Servicio Exterior.
En ese momento se pidió al Senado considerar una reforma a la ley para elevar el rango de edad de jubilación para los integrantes del SEM.
Las negociaciones
Diplomáticos jubilados han buscado negociar con titulares de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para obtener distintos apoyos que les permitan solventar su retiro.
El embajador jubilado Leonardo French ha sido uno de los diplomáticos dedicado a velar por los intereses de quienes dejaron de servir al país por razones de edad.
Consideró que para un diplomático es una desgracia cumplir 65 años, porque queda inactivo dentro de las filas del SEM.
“El Servicio Exterior Mexicano es el más antiguo servicio civil de carrera en nuestro país. Le ha dado a México grandes satisfacciones, entre ellas, que de su seno hayan surgido los dos primeros mexicanos ganadores de un Premio Nobel. Además, su concepción y estructura fueron base para la creación del servicio civil de carrera, iniciado durante la administración del presidente Fox.
“En los pasados 50 años, los integrantes del Servicio Exterior Mexicano, en su desarrollo y evolución, han recibido algunos beneficios, pero falta todavía mucho por hacer, en especial en lo relativo a la situación de los miembros de carrera jubilados, quienes sufren una drástica reducción en sus ingresos por tener la desgracia de haber cumplido 65 años de edad”, expuso el ex embajador.
Diplomáticos consultados que pidieron omitir su nombre destacaron que existen privilegios para algunos miembro del SEM, como el actual subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos Alberto de Icaza, quien tiene 68 años. En 2013 el presidente Enrique Peña Nieto lo nombró embajador emérito, lo que le da una jubilación decorosa y además un sueldo como funcionario público.
Tras su jubilación, algunos diplomáticos logran acomodarse en cargos de la administración pública federal. Al inicio de la presente administración, diplomáticos retirados iniciaron negociaciones en la Secretaría de Relaciones Exteriores para buscar beneficios.
Existe un grupo de trabajo que ha dialogado con las tres personas que han dirigido la Cancillería desde el 1 de diciembre de 2012 a la fecha, esto en acompañamiento con la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM).
El embajador Enrique Eugenio Fernández Zapata comentó que se ha buscado elevar, en términos económicos, las jubilaciones de algunos miembros del SEM y no dejarlos descubiertos de algunas prestaciones como el seguro de gastos médicos mayores.
Se ha buscado crear un fondo para pensiones complementarias a los del SEM, como existe en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Superior de Justicia u organismos, pero no hay avances.
Al tomar José Antonio Meade la administración de la SRE, recibió a un grupo de diplomáticos jubilados que expusieron su necesidad.
Los jubilados propusieron al entonces canciller dar asesorías a la dependencia en distintos temas y con base en su experiencia, a cambio se podrían obtener compensaciones de mínimo 20 mil pesos por análisis y máximo 40 mil.
De acuerdo con Fernández Zapata, con la administración de Meade Kuribreña solamente se buscaría la manera de dar la compensación a los jubilados asesores, toda vez que ninguna ley lo considera.
“Pero Meade salió y hubo que esperar a tratar con quien llegara”, señaló.
Claudia Ruiz Massieu tomó entonces las riendas de Relaciones Exteriores y los jubilados vieron voluntad política.
“Se encontró una fórmula para darnos una ayuda a cambio de trabajo”, contó Fernández Zapata.
Relaciones Exteriores lo que buscaría era contratar una empresa para dar asesorías a nuevas generaciones, en donde los diplomáticos jubilados entrarían en acción: “Ya estaba todo presupuestado, los recursos estaban ahí”, dijo el diplomático retirado.
Luego, Ruiz Massieu fue removida del cargo y llegó Luis Videgaray Caso.
Diplomáticos jubilados que fueron consultados y pidieron omitir su nombre relataron que con la administración de Videgaray Caso todo se echó abajo. A través de la Oficialía Mayor se les expuso que no hay manera de resolver sus peticiones.
“Lo que vimos fue una falta de voluntad política de parte de Videgaray, ya teníamos avances y hasta documentos firmados y todo lo echó atrás”, expresó un diplomático.
Al llegar Videgaray a la titularidad de Relaciones Exteriores, los jubilados le enviaron una carta en la cual se ofrecieron para asesorar a la dependencia en los temas relativos a la relación con Estados Unidos, particularmente por la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país y lo que se veía venir en términos de migración y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), particularmente.
“Videgaray se ha reunido con ex cancilleres, académicos, ex embajadores de México en Washington, pero a los jubilados que tenemos experiencia y conocimiento ni siquiera nos ha querido recibir”, relató un miembro del SEM con rango de ministro.
Lo más que la administración del presidente Enrique Peña Nieto dio a los jubilados de la diplomacia es el anuncio de abril pasado de que se creó el Programa Mentor, dirigido a este sector. El objetivo es que los jubilados puedan transferir conocimiento y experiencia a las nuevas generaciones del SEM y al personal de la Cancillería.
“Pero siempre van por delante todos aquellos que tienen ‘renombre’, sin tomar en cuenta que habemos poco más de 400 jubilados y los que vienen”, explicó el diplomático.