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U na maleta y una mochila que carga al hombro es el equipaje que Luis Alberto Rosales llevará a Canadá, donde permanecerá seis meses.
Con 57 años, Luis Alberto estará una vez más en ese país, al cual ha viajado para laborar desde hace 24 años. Por segunda ocasión irá al estado de Columbia Británica, donde labora en una granja que cultiva flores de ornato, así como verduras como jitomate y perejil; permanecerá toda la temporada agrícola y regresará a México el 17 de junio.
Originario de Temascalcingo, Estado de México, se ha dedicado al campo desde temprana edad, su familia sembraba maíz. Sólo estudió la primaria, pero eso no lo ha detenido para buscar mejores oportunidades para su familia.
“He sacado adelante a mis seis hijos, todos tienen carrera, ya saben defenderse. Tienen estudios, sólo me falta que mi hijo el menor, de 20 años, termine sus estudios de chef. Es una carrera muy cara, pero poco a poco ha ido saliendo”, dice.
Naciones de contrastes. En México, la jornada de Luis Alberto comenzaba con el amanecer y concluía cuando el sol se ocultaba. Ganaba 600 pesos a la semana, a veces más y otras menos, dependiendo de la cantidad de trabajo, porque había temporadas en las que por alguna sequía o por las lluvias no había cosecha y debía emplearse en algún otro cultivo.
“Era muy poco, no salía; el dinero que ganaba no era suficiente para mantener a mi familia, a veces hasta tenía que vender cosas o meterme a trabajar en otros cultivos para sacar algo de dinero, era muy difícil, tenía que mantener a mis seis hijos y a mi esposa”.
En Canadá gana —en promedio— 10.80 dólares canadienses la hora, en una jornada de ocho. Un dólar canadiense equivale a 14.80 pesos, con lo que por semana gana 7 mil 600 pesos. “Es una diferencia enorme, las ganancias son mucho mejores allá que aquí, no hay comparación. Con lo que gano he podido sacar adelante a mi familia, darles estudios a mis hijos y hasta terminar de hacer mi casa”, dice.
Mediante el Ptat, 26 mil jornaleros de todo el país irán a Canadá en 2018 para trabajar en actividades del campo, los primeros 102 partieron el miércoles del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Los trabajadores que viajarán a ese país provienen de estados como Tlaxcala, Tabasco, Puebla, Oaxaca, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, entre otros; irán a granjas agrícolas de Ontario, Quebec, Toronto y Columbia Británica.
Su inspiración. Israel Hernández Vázquez es originario de Veracruz y sólo estudió hasta segundo año de secundaria. Desde niño comenzó a trabajar en el campo en cultivos de plátano, naranja y caña. Tiene 34 años, está casado, tiene dos hijos, uno de 12 y otro de seis, a quienes considera su mayor inspiración.
“Es muy difícil estar lejos tanto tiempo, ocho meses fuera es demasiado, los extraño mucho, pero es necesario para salir adelante. Si me quedo aquí no voy a poder mantenerlos”, comenta.
Israel lleva 14 años viajando a Canadá; ha trabajado en el cultivo de flores de ornato, jitomate, perejil, rábano y col. Normalmente permanece ocho meses en ese país, labora todo el ciclo agrícola, desde la siembra hasta la cosecha.
Su flor favorita es la begonia, le gusta cultivarla por los cuidados que requiere y sus colores. Comenta que en la empresa donde labora le han dado capacitación para la siembra de perejil y jitomate.
El programa tiene 43 años de vida, inició en junio de 1974, se ha consolidado como una política pública binacional que garantiza la movilidad de trabajadores agrícolas mexicanos de manera segura, legal, ordenada, al tiempo que les garantiza el respeto a sus derechos laborales, sociales y humanos.