El Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, absorberá el programa IMSS Bienestar e iniciará operaciones en ocho estados hasta integrar los 32, detalló Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
“Tenemos que ir por etapas e integrar lo que es integrable, lo primero será el IMSS Bienestar que está diseñado para la población abierta, su presupuesto proviene del gobierno y atiende el primer y segundo nivel de atención, esto es perfectamente integrable con la infraestructura que tienen los servicios estatales y para lograr integrarlo necesitamos una entidad con personalidad jurídica y para ello se crea el Instituto de Salud para el Bienestar”, señaló.
Comentó que hasta el momento el IMSS e ISSSTE no formarán parte de este instituto puesto que no son entidades puramente gubernamentales, sino que se conforman a partir de los trabajadores que pagan sus cuotas.
“Ir hacia el Sistema Nacional y Único de salud debe ser en etapas, cuidando que no se violenten los derechos de los trabajadores y no se afecten los intereses de la población asegurada y las instituciones como IMSS que es tripartita, es una copropiedad en tercios entre el sector obrero y empresarial”, abundó.
La idea del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, que estará encabezado por Juan Ferrer, es fusionar IMSS Bienestar con los 10 estados que han firmado el acuerdo de integración a la federalización; es decir, se integrarán sus centros de salud, la nómina y el resto de la infraestructura, explicó el funcionario.
“El IMSS cederá la administración del IMSS Bienestar a este nuevo Instituto, lo más probable es que se defina su personalidad jurídica en los próximos meses y a partir de ahí el Instituto tendrá una ruta crítica de estos servicios integrados con las instalaciones de IMSS Bienestar y los servicios estatales de salud que han firmado el acuerdo, se establecerán estándares unificados de la atención para subir la calidad y mejorar las condiciones laborales de los 80 mil trabajadores de la salud que lo hacen en la precariedad”, dijo.
Adelantó que el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar no tiene relación orgánica con el Seguro Popular y dependerá directamente del secretario de Salud y una dirección general.
“Se está estudiando cuándo será el momento adecuado para que pueda desaparecer el Seguro Popular como un mecanismo de financiamiento separado de la provisión de servicios, decir que va a desaparecer no quiere decir que se quitará financiamiento a la salud, el dinero público seguirá yendo a los ciudadanos de manera gratuita y será administrado por la Secretaría de Salud a través de este Instituto”, puntualizó.
Eventualmente se pretende, comentó, que el Instituto tenga una red integrada de servicios entre el primero, segundo y tercer nivel de atención. “Tendremos una estructura orgánica para regular la medicina de alta especialidad y en el momento en que se haya revisado la factibilidad posiblemente se incluya a la medicina especializada de la seguridad social”, refirió.
La meta de la nueva administración es que a fines del sexenio exista una atención primaria de excelencia, “para poder satisfacer las demandas de salud universal, es decir, atención primaria con primer nivel de atención, porque no son intercambiables”.
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