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Ocho años después de la desaparición de su hijo, Lucía Baca volvió a la calle para protestar. El 27 de enero de 2011, Alejandro Alfonso Moreno Baca iba en la autopista Monterrey-Nuevo Laredo hasta que un grupo de la delincuencia organizada lo secuestró y nunca más se supo de él.

“Esta fecha [el Día de la Madre] es terrible. No puedo festejar. ¿Cómo voy a hacerlo si estoy incompleta? Recuerdo cuando mi hijo nació y la alegría que me dio... [Ahora] todo se convirtió en tristeza, porque él ya no está conmigo”, compartió Lucía.

Ella fue una de las 750 personas que, según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, marcharon el día de ayer desde el Monumento a la Madre hasta el Ángel de la Independencia para protestar por los desaparecidos.

“Nada que celebrar” era la frase recurrente entre los asistentes, que exigieron a las autoridades dar con el paradero de sus seres queridos.

“Levanté el acta correspondiente por la desaparición de mi hija, pero no hay nada aún. Las autoridades actuales ofrecieron ayudarnos. Esperemos que sí se pongan a trabajar”, dijo Caritina Díaz respecto al extravío de Sara Itzel Hernández Díaz.

A Sara Itzel se la llevaron mientras se divertía en un río de Tierra Blanca, Veracruz. Había ido con su pareja a vacacionar, pero ninguno de los dos volvió a casa.

Caritina llegó a la capital del país proveniente del Estado de México junto con otros familiares. En su recorrido sobre avenida Reforma, la mujer exclamó varios cánticos que pedían justicia: “¡Ahora, ahora, se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables!”

Asociaciones nacionales e internacionales también estuvieron presentes durante el movimiento. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amnistía Internacional, el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y el Colectivo contra la Tortura.

Además de la Ciudad de México, movilizaciones similares fueron convocadas en Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Coahuila y Zacatecas.

Otra asistente del movimiento fue la madre de Jaime Eduardo Vega Rodríguez, desaparecido el 24 de julio del 2017 en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

“Mi hijo salió a comprar pañales y leche para sus niños y no regresó. Nosotros nos hemos movilizado en Semefos y fosas clandestinas, pero es muy difícil encontrar algo entre tantos cuerpos y restos. Además las autoridades no han hecho nada para ayudarnos. Sólo nos dicen que van a a buscar”, indicó María Rodríguez.

En la movilización, los participantes recordaron que, según cifras oficiales, hay más de 26 mil desaparecidas, por lo que solicitaron la implementación de un Mecanismo Internacional contra la Impunidad para México. Esta petición es la misma que organizaciones sociales habían hecho a la ONU en días anteriores.

La marcha inició a las 10:00 horas y duró alrededor de tres. Al llegar al Ángel de la Independencia, decenas de madres tomaron el micrófono para denunciar sus casos a la espera de que alguien las escuche.

Hubo un único grito que no fue dirigido al Presidente ni a ningún funcionario público, sino a sus seres queridos: “¡Hijo, escucha! ¡Tu madre está en la lucha!”

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