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De frente ninguno de los dos pronunció palabras, sólo miradas en silencio de un hombre dolido por la muerte de su esposa Samara y su pequeña Sara Sofía, pero sumamente agradecido por la acción del militar.
El uniformado también miró fijamente a su interlocutor, pero nunca se inmutó. Su rostro permaneció sereno y su actitud dejó entrever distanciamientos de elogios y de las manifestaciones afectivas.
El primero que llegó al encuentro fue Marco. Eran alrededor de las 15:00 horas y ahí esperó unos 50 minutos hasta que arribó el soldado Martín Moctezuma Luis Hernández, acompañado del coronel Cristian León Borja, ambos destacamentados en el 108 Batallón de Infantería, base lagartos, a 10.4 kilómetros de la cabecera municipal de Jojutla.
Camino a la Alameda municipal, sitio de la reunión, Marco Gil dibujó una son- risa porque finalmente conocería en persona al soldado raso que sacó a su esposa y a su hija de los escombros, luego del sismo que colapsó la casa de tres pisos donde vivían sus suegros.
Marco, fotógrafo de profesión, abrazó a su hijo y esperó impaciente el acercamiento del militar.
Marco y Martín no expresaron palabras de bienvenida sólo se acercaron y se fundieron en un abrazo largo, apretado. Marco cerró los ojos y vació su emoción afectiva mientras el soldado correspondió, pero con reserva. Marco dijo “gracias, muchas gracias”.
Luego el coronel Cristian León corrigió el protocolo y presentó: “Aquí está el soldado Martín Moctezuma”. Más adelante diría que el soldado no quería dar entrevistas porque alegaba que sólo cumplió con su deber, pero ante la presión de medios y sociedad aceptaron el encuentro para que la ciudadanía conociera al hombre más allá de la casaca camuflada.
Marco se colocó otra vez frente al soldado y le dijo.
“No soy nadie para darte ningún reconocimiento, sólo decirte que tienes dos ángeles que te cuidan allá arriba. A todo el Batallón 108, a nombre de mi chaparrito Rafael, que Dios bendiga al Ejército Mexicano”, expresó conmovido.
El coronel León agradeció y atajó: “Seguiremos trabajando en cualquier lugar y circunstancias”.
El encuentro duró unos 20 minutos, tiempo suficiente para ser copado por la prensa. Así que respondió a las muestras de afecto.
“Gracias al reconocimiento que me hacen a mí, pues la perspectiva que tenían del Ejército, que la gente que nos critican, que no hacemos nada o que somos unos locos así. Gracias al reconocimiento del padre pues ya la gente se dará cuenta de que no es fácil ser militar”.
—¿Qué sentiste al entrar al rescate?
—Sentí gran impotencia al ver tanto escombro, pero mi prioridad era rescatarla, sacarla con vida (a la madre y su bebé). Sentí que pude haber hecho algo más para poder sacarla con vida— respondió firme.
—¿Te hubiera gustado que hubieran hecho algo así por ti?
—Si me hubiera gustado que alguien hubiese hecho lo mismo por mí, pues como les digo yo soy padre de familia, tengo a mi hija, mi única nena, y no me gustaría estar ni un segundo, ni un minuto en los zapatos— afirmó.
Con Marco iban su primo Jorge Luis y Zeus, éste último primo de Samara Betsabé Celis Vera, esposa del fotógrafo.
Marco y Zeus agradecieron el apoyo del joven oaxaqueño de 23 años, oriundo de Juchitán de Zaragoza, cuyo sismo del pasado 7 de septiembre dañó la casa de sus padres y la dejó inhabitable.
Marco ofreció disculpas por si acaso metió en problemas al militar al publicar una carta de agradecimiento en redes sociales, pero sobre todo difundir la fotografía donde Martín Moctezuma rompió en llanto luego de sacar a los familiares de Marco.
“Siempre le estaremos agradecidos al Ejército mexicano y con el corazón en la mano nos vamos a levantar pero les pido a las autoridades que no dejemos a mi Jojutla, no dejemos a Morelos”, afirmó.
También recomendó a sus vecinos no quedarse con los brazos extendidos esperando ayuda y en su caso sólo se limitó a decir: “Me ven fuerte, firme, porque la gente ha orado por mi. Dios bendiga al Ejército Mexicano”, sostuvo.