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A Bernardo Félix se le rompe la voz. Aprieta la mandíbula y sus ojos se vuelven cristalinos.

“Hay que dar gracias a Dios de que estemos vivos para ayudar a los que quedaron en este desastre”, dice el hombre de unos 55 años de edad, quien forma parte de una cadena humana que integra con cientos de héroes anónimos que dejaron su trabajo para ser voluntarios en la Cruz Roja de Polanco.

El señor Félix es supervisor de una empresa de valet parking, no acepta recibir agua o alimento; aguanta el inclemente sol y asegura que es un doble sobreviviente: primero, del terremoto de 1985 y ahora el de este 19 de septiembre.

“Soy un doble sobreviviente, del primero, del terremoto de 1985 y el que ocurrió este 19 de septiembre de 2017”, explica.

Vecino de Ciudad Satélite, dice que el sismo de 1985 ha sido el más doloroso que ha vivido.

“Vivía en el Estado de México, pero al entrar a la Ciudad de México estaba totalmente devastada. ¡El Monumento a la Revolución parecía que estaba bombardeado!, había polvo por donde quiera, era completamente una zona de desastare.

Pero a 32 años, el señor volvió a vivir esa terrible experiencia. Asegura que Ciudad Satélite “se movió a lo máximo, pensé que se caían las Torres”.

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