El incremento de más del 100% en los últimos tres años en la afluencia turística al pueblo mágico de Real de Catorce podría poner en riesgo su preservación, patrimonio cultural y equilibrio ecológico si no se toman medidas para conservarlo, advirtió la Fundación Real de Catorce .

Durante la presentación de la fundación, que se llevó a cabo la noche del miércoles en las instalaciones del Museo Nacional de Antropología e Historia, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) , Juan Ramón de la Fuente , señaló que este pueblo tiene un valor pluriétnico y multicultural y que el país ganará en la medida en que impulse su cultura y los valores que reflejan su identidad.

“Real de Catorce tiene un valor pluriétnico y multicultural que conjuga nuestra historia prehispánica y colonial, relativamente moderna, y un proyecto formidable que hay que apoyar. México va a ganar en general en la medida en que impulsa la cultura, nuestros valores que reflejan nuestra identidad. Esa es una enorme riqueza y se distribuye más equitativamente que otras cosas”, señaló.

Durante la presentación de la Fundación, cuyo objetivo es la preservación de Real de Catorce, dijo que “lo que requiere es un desarrollo ordenado que permita que se preserven esos valores, tradiciones y legados y que pueda, además, inscribirse en un tinte de modernidad que le puede dar el turismo. Entendido como un turismo que preserva y no que devasta y que puede ser una fuente de financiamiento adicional para espacios como Real de Catorce, y que esto pueda permear en una mejor calidad de vida para sus habitantes”.

La presidenta de la fundación, Petra Puente Cordova, alertó que el refugio para viajeros de todo el mundo que representa Real de Catorce peligra por la contaminación, el ruido y la falta de planeación.

En esta fundación participan personajes como Juan Ramón de la Fuente, el historiador Víctor Sánchez, la actriz Cecilia Suárez, la cineasta María Fernanda Suárez, Cristina Pineda, y Antonio Arvizu.

“Mi pueblo peligra: nuestros arroyos se asfixian por la contaminación, nuestras montañas se cubren de basura, el ruido agobia y recarga el ambiente, el paisaje poco a poco se torna gris. El pueblo está en peligro porque la ignorancia, la indiferencia, la pereza, y la ambición monetaria lo están destruyendo vertiginosamente”, señala.

El problema es que en los últimos tres años se ha disparado la ocupación hotelera y la afluencia de visitantes que llega a un millón de turistas al año, según cálculos de la fundación. Al haber dejado de funcionar las minas, la economía de este ex pueblo fantasma depende 100% del turismo.

Esta afluencia masiva está generando problemas de tránsito vehicular puesto que el pueblo se ve obligado a recibir vehículos a pesar de que no está diseñado para ello y tiene una sola vía de entrada y salida, que es el túnel Ogarrio.

Además de esto, se están generando toneladas basura sin que existan opciones para su manejo, por lo cual los pobladores la están quemando en zonas sagradas; aguas negras que no están sometidas a tratamiento y están contaminando el arroyo de La Concepción; y el crecimiento y construcción desordenada de opciones para dar albergue a los turistas que llegan a Real de Catorce, principalmente para seguir las festividades de San Francisco de Asís, en septiembre y octubre, y los ritos del pueblo Wixarika o huichol.

Además se propone un plan maestro de seguimiento y crecimiento sustentable para generar un proyecto para la construcción de un estacionamiento en las afueras de Real de Catorce, una regulación legal para el desarrollo urbano ordenado, y para el manejo de la basura.

El historiador Víctor Sánchez señaló que es “una tristeza” que al pueblo de Real de Catorce sea caracterizado por su relación con la planta sagrada del peyote cuando en realidad, la cultura Wixarika es mucho más extensa y rica. Señaló que está es una de las pocas culturas que conserva las peregrinaciones a tierra sagrada de manera muy similar a lo que se hacía en época prehispánica.

“Esta etnia está viva y lo está en gran medida porque sus lugares sagrados están vivos y Real de Catorce guarda uno de estos. Si yo pudiera proponer algo para las diferentes culturas y los turistas que visitan, sería el tomarnos el cuidado de conocer un poco más lo que guarda ese lugar, lo que guardan esas culturas, porque del conocimiento surge la aprecio, el respeto, el amor, y un diálogo más productivo”, dijo.

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