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Jesús Mejía no dejó de aplaudir al cardenal Carlos Aguiar Retes a su llegada a la Catedral metropolitana , alternaba el choque de sus palmas con gritos de “hasta acá vendré a escuchar misa", “¡Viva Padre Aguiar!”, “¡Que dios lo bendiga!”.
Su emoción fue mayor cuando el nuevo gobernador de la Arquidiócesis de México le tomó la mano y agradeció las muestras de afecto. “Casi lloro cuando me dio la mano, es una alegría muy bonita porque yo lo conozco de años y le tengo afecto y respeto".
El joven que trabaja en un call center aprovechó que era día festivo y salió de su casa ubicada en Tlalnepantla para acudir a la profesión de fe del cardenal Carlos Aguiar Retes , “él ha sido mi pastor por años, me gustan mucho sus misas y que es muy amable”.
Para poder estar al frente de la valla de personas que esperaban al nuevo arzobispo primado de México, Jesús llegó a la catedral metropolitana a las 7 de la mañana, asegura que el trayecto fue rápido por ser día de asueto aunque prefiero salir con tiempo “por si no había transporte".
Pudo entrar a la explanada del recinto religioso y hacer fila para entrar a la ceremonia pero prefirió esperar afuera, “quería verlo de cerca, la toma de posesión la puedo ver en internet”.
En punto de las 10:00 horas, las campanas empezaron a repicar, primero llegó Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México y después bajó de una camioneta el arzobispo Aguiar Retes.
Entre aplausos y porras, fue saludando a los fieles que esperaron su llegada, a algunos les dio la bendición y no dejó de sonreír.
En cuanto cerraron la reja de la catedral, los católicos que saludaron al cardenal apresuraron el paso para ingresar al inmueble,“si no corro no alcanzó la ceremonia", dijo Carmen Espinosa, quien salió de Tlahuac a las 6 de la mañana para “ser testigo del cambio de arzobispos, es algo histórico".