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Fuentes de la Marina informaron que Frida no ha tenido ningún cambio en su comportamiento tras el reconocimiento nacional e internacional que alcanzó después de su participación en los sismos de septiembre y dedica la mayor parte del día al entrenamiento y a relajarse para seguir ayudando en las técnicas de búsqueda y rescate en situaciones de emergencia.
La dependencia federal indicó a EL UNIVERSAL que la perrita, que lleva ocho años en servicio, tiene rutinas diarias de adiestramiento, descansos, así como visitas al veterinario.
Frida, la perrita labrador de la Secretaría de Marina que se hizo famosa en los rescates del sismo del pasado 19 de septiembre, quedó inmortalizada junto a su cuidador, el maestre Israel Arauz, en la ciudad de Puebla, en una estatua hecha con llaves recolectadas en esa metrópoli.
En una ceremonia realizada en el Parque Ecológico de la capital poblana, José Antonio Gali, gobernador de Puebla, resaltó la importancia de la unidad de los mexicanos en los momentos difíciles y subrayó que la escultura de Frida y de Israel Arauz recordarán el poder de la solidaridad, la gratitud y la voluntad humana.
En el acto, en el que también estuvo presente Rafael Adolfo Suárez, vicealmirante director de Recursos Humanos de la Marina, el mandatario poblano señaló que la escultura se realizó para reconocer la labor humanista de los binomios caninos, gracias a su entrenamiento y al arduo trabajo de sus manejadores, que han puesto en alto el nombre de México.
“Sin lugar a dudas Frida ganó nuestro respeto, nuestra admiración y cariño en los momentos más difíciles en los cuales dimos lo mejor de nosotros, en donde florecieron los grandes valores que nos distinguen como mexicanos y como poblanos”.
Frida tiene entre sus logros un total de 53 localizaciones, de las que 12 han sido de personas con vida, luego de los sismos de Haití en 2010. Ha encontrado 41 cuerpos, cuyos hallazgos acontecieron en el deslave de Guatemala, en 2012; en la explosión de la torre ejecutiva de Pemex, en 2013; en el sismo de Ecuador, en 2016, y en México acompañó a Ecko y Evil, otros dos canes, en Juchitán, Oaxaca, el pasado 7 de septiembre, así como en la Ciudad de México, el 19 de septiembre de 2017.
