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En el multifamiliar ubicado sobre Calzada de Tlalpan y Ciudad Jardín, donde las autoridades rescataron a dos heridos y una persona fue hallada muerta, también se reportaron al menos 25 desaparecidos.
Una mano se asoma entre las paredes; todos callan cuando las personas remueven el escombro y dejan al descubierto ese muro; sin embargo, todavía no han podido sacar a la víctima.
La mano de tez clara y de uñas pintadas de color rosa es de una mujer. Los rescatistas informan que pide auxilio y eso los alienta para escarbar más y llegar a ese segundo nivel en el que quedó prensada. Temen llegar tarde.
Los paramédicos y personal de la Secretaría de Marina - Armada de México reportan en este inmueble, que poco a poco se desploma, un saldo parcial de una persona muerta, cuatro más lesionadas y 25 desaparecidas, pero saben que las cifras pueden aumentar.
Entre los lesionados sacados está una niña a quien han llamado Cielo, cuentan los voluntarios del primer anillo, porque dicen que su mirada siempre la dirigió hacia arriba, a pesar de que el polvo cubría su silueta.
Únicamente sufrió algunas contusiones, pero nada de gravedad, aseguró uno de los paramédicos.
En cada remoción de escombro del tercero, cuarto y quinto piso se escucha el grito de: “¡Silencio!”, que es la señal de que desde arriba se escuchó un llamado de auxilio, alguna voz o incluso un gemido o llanto de dolor de alguna víctima atrapada entre el concreto y los retorcidos fierros.
Lo único que ilumina las labores de rescate son un par de plantas de gasolina que abastecen los intensos faros dirigidos hacia la multitud y hacia el multifamiliar.
Los carriles de Tlalpan son cerrados y ocupados también por paramédicos, doctores voluntarios y ciudadanos que han llevado víveres a quienes hacen sonar el pico y la pala, puesto que los vecinos han abandonado sus hogares. Temen que sus edificios también colapsen.
Pasan las horas y el saldo permanece, puesto que la construcción no cede; se opone a que las víctimas sean rescatadas. “Esperemos que haya personas vivas, por Dios”, solloza una de las voluntarias.