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En medio de la revolución tecnológica en la que estamos inmersos y con más teléfonos que personas viviendo en el mundo, las escuelas están fallando en la que debería ser su principal misión para enfrentar la cuarta Revolución Industrial : educar niños empáticos y compasivos, preparados para lidiar con la realidad y cuya inteligencia no dependa de la tecnología .
Durante la presentación del libro "La enseñanza en la cuarta revolución industrial ", Michael Solskin, profesor estadounidense nominado al premio Nobel de los maestros , el Global Teacher Prize, consideró que uno de los retos más importantes de la escuela y los maestros será educar a los niños de manera que estén preparados para lidiar y convivir con la tecnología, e incorporarla de manera que enriquezca sus vidas y los ayude a ser mejores seres humanos.
"El razgo más frecuente en las personas exitosas es la empatía pero en mis 22 años de maestro nunca he tenido una sola junta para asegurarnos que los niños estén aprendiendo empatía. Tenemos que cambiar el enfoque de las escuelas. Necesitamos encontrar una intersección entre la tecnología y que la educación se enfoque en lo más importante: la empatía, la compasión y la humanidad".
Criticó que las escuelas no están preparando a los niños para resolver los retos y decisiones éticas a las que tendrán que enfrentarse como producto de la interacción con la tecnología. Dijo que es más importante prepararlos para lidiar con la realidad y desarrollar su inteligencia, que para aprender a usar la tecnología.
"¿Estamos preparando a nuestros estudiantes para enfrentarse a las decisiones éticas que les planteará la tecnología en el futuro? No. Se habla mucho de cómo podemos utilizar la realidad aumentada y la inteligencia artificial para mejorar la educación. No creo que los avances tecnológicos sean malos en las escuelas pero antes de empezar a verlos como la solución, tenemos que asegurarnos que los niños están preparado para lidiar con la realidad y que de verdad tienen una inteligencia auténtica", dijo.
Sin importar qué tan efectivas sean las aplicaciones, o qué tan avanzados los sistemas de Inteligencia Artificial, la tecnología no podrá nunca sustituir a los maestros, concluyeron especialistas nominados al Premio al Maestro Global, el galardón internacional más importante que reconoce la labor docente.
La profesora Elisa Guerra , la única mexicana que ha sido nominada dos veces al Global Teacher Prize, su nombre en inglés, explicó que por más avanzada que esté la tecnología los niños necesitan contacto y conexión humana, además de aprender valores que la tecnología por sí sola nunca podrá enseñarles.
"Por más sofisticado que sean sus algoritmos y por más enciclopedias de desarrollo infantil que podamos atiborrar a las plataformas digitales, dudo mucho que un robot, una computadora o una aplicación puedan enseñarle a un niño a esperar su turno, a compartir, a hablar respetuosamente con otros o a consolarlo cuando se cae y se raspa la rodilla", consideró.
Sin embargo, los autores, profesores originarios de México, Estados Unidos, Canadá, Holanda y Bélgica, coincidieron en que la Cuarta Revolución Industrial presenta retos para los maestros y sobretodo les va a exigir que aprendan a adaptarse a la tecnología en la cual ya están inmersos sus alumnos y que tiene el poder de transformar las aulas.
"Los niños no pueden ser producidos en serie, la educación es una labor artesanal. Pero esto no quiere decir que le demos la espalda a la tecnología: más brazos tecnológicos significan más maneras de alcanzar a tus alumnos", dijo Elisa Guerra.
Actualmente en el mundo existen 8 mil millones de dispositivos móviles conectados a internet, esto quiere decir que hay más teléfonos inteligentes que personas en el mundo.
Este es uno de los mayores ejemplos de la llamada Cuarta Revolución Industrial, el periodo de transformación del modelo económico basado fundamentalmente en la digitalización masiva, el internet, la inteligencia artificial y la robótica.
Algunos de los mayores retos es que para 2030 la mitad de las universidades con modelos tradicionales habrá desaparecido y no se podrá cubrir la demanda mundial de maestros. Además los empleos que hoy conocemos habrán desaparecido o sufrido cambios importantes porque toda labor que pueda ser automática, lo será.
La labor de los maestros para enfrentarse a estos cambios deberá pasar necesariamente por la capacitación y profesionalización, que permitirá que los niños aprendan mejor, consideró Nadia López, profesora neoyorquina, co-autora del libro.
"Cómo sacar ventaja de las oportunidades que da la tecnología para crear comunidad. Se requiere desarrollo profesional y capacitación, preparar a los maestros de la mejor manera para que los niños aprendan mejor. También tenemos que ser creativos y permitir que lo estudiantes hablen entre ellos y exploren otras cosas. Tenemos que personalizar el aprendizaje y asegurarnos que cada niño pueda ser exitoso", dijo.