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horacio.jimenez@eluniversal.com.mx
“La verdad tenía miedo de regresar a mi casa, no me quería enfrentar a la realidad. Mi hija me dijo por teléfono que la casa se había derrumbado”, aseguró José Alejandro Morales Villegas, habitante de una de las zonas más afectadas por el temblor de 7.1 grados del 19 de septiembre pasado en la delegación Xochimilco.
“El chino”, como le dicen sus amigos, habilitó su casa con cuatro vigas de madera [polines] que sostienen nueve lonas y cobijas que sirven de paredes y techo y que son reforzadas con lazos amarrados a diferentes puntos de su propiedad.
Los ladrillos de las paredes de su casa, que construyó hace 17 años, fueron los culpables de que su estufa, lavadora, refrigerador, comedor y su ropero quedaran inservibles cuando se desplomaron en la tarde del pasado martes.
José Alejandro vive en el barrio La Conchita del pueblo de San Gregorio de la delegación Xochimilco. En su terreno, todavía quedan los tabiques llenos de cemento que edificaron su casa por más de 15 años.
Hoy, su refrigerador, aunque ya no sirve, lo tiene dentro de estas lonas para que los proteja de la lluvia y el frío. En su interior, tiene cajas para proteger lo que había en su clóset. Su ropa está amontonada en un rincón de la improvisada vivienda.
Hay dolor, tristeza e impotencia en “El Chino”. Su patrimonio por el que ahorró durante un año y medio para comprar el material y pedirle a un albañil que le construyera su casa se había terminado.
En entrevista con EL UNIVERSAL a José Alejandro se le corta la voz: “Es un dolor fuerte, perder el patrimonio de tantos años y sacrificios con mi esposa e hijos, es muy difícil, aunque no tenía una casa bien era el patrimonio de mis hijos y era mía al fin de cuentas, trabajamos para hacerla y nos limitamos en ciertas cosas para hacer nuestra casita”, lamenta.
“Hay que volver a empezar desde cero, echarle ganas y ojalá y el apoyo que nos han estado prometiendo sea verdadero, sabemos de antemano que es difícil pero confiamos en ciertas personas y vamos a esperar y no nos queda otra”, describe el hombre que viste un pantalón de mezclilla y playera azul.