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El Ejército tomó el control del centro de acopio La Perseverancia, en la comunidad de Tlaltenchi, en este municipio, y reforzó la vigilancia en los albergues oficiales del Estadio Agustín “Coruco” Díaz, Unidad Deportiva Niños Héroes, la Alameda y el jardín de niños Fermina Rivera viuda de Rivera, para evitar actos de rapiña como el que se registró el miércoles.

El saqueo fue perpetrado por habitantes inconformes pues, dijeron, los responsables del centro compartieron víveres con damnificados de otras localidades.

Con excepción de La Perseverancia, el resto de los centros están bajo la responsabilidad de la Secretaría de Gobernación y del Gobierno del estado.

Los actos de rapiña en Jojutla se suman a la denuncia del comisionado de Seguridad Pública, Jesús Capella Ibarra, contra ciudadanos que supuestamente saquearon gran parte de las 90 toneladas de víveres almacenados en la bodega del DIF Morelos, en Cuernavaca, el 21 de septiembre.

Tlatenchi, el despojo. El miércoles , dos grupos responsables del centro de acopio de este poblado tuvieron diferencias por la distribución de víveres, lo que fue aprovechado por varios civiles que entraron y saquearon.

Ese centro fue instalado en la cancha techada de la colonia Vicente Guerrero, bajo la coordinación de Mario Alberto Rodríguez, voluntario de la Ciudad de México, y dos mujeres vecinas de la colonia.

Ambas denunciaron que Mario y sus allegados sólo distribuyeron la ayuda entre sus conocidos y amigos; el joven las acusó de lo mismo.

La discrepancia los rebasó y varias familias aprovecharon el desconcierto para tomar cosas. “Agarren lo que quieran”, se escucha en un video que registra el acto de rapiña y exhibe la forma en que los vecinos cargan y arrastran cajas de víveres, ropa y medicamentos.

Aproximadamente seis elementos del Ejército, que llegaron en pleno saqueo, cerraron las puertas. El sargento Mateos dijo que las órdenes eran ayudar en la distribución, pero ante el acto esperarían otras instrucciones.

Una de las voluntarias lloró al ver la escena y lamentó que todo el trabajo hecho desde el miércoles de la semana pasada se haya diluido de esa forma.

“La gente que viene no tiene ‘llenadera’, les hemos dado ayuda una y otra vez, pero lo quieren todo, ellos no son damnificados, no son gente sin techo o sin trabajo”, acusó.

Las dos mujeres y el joven, responsables del centro, aseguraron que la ayuda se llevó a las 12 colonias que integran Tlatenchi, y también a otras comunidades, lo que causó molestia entre los vecinos, porque demandaron la entrega de la ayuda sólo para ellos.

Uno de los vecinos, que llevaba una camioneta repleta de ayuda, avaló el acto, “debemos aprovechar”, dijo sin recelo.

Un acto similar se registró en Panchimalco, Jojutla. Mientras tanto, en el albergue Niños Héroes bajo el control del municipio de Jojutla, los damnificados señalaron que les racionan los insumos.

El coronel Cristian León Borja, del 108 Batallón de Infantería, mando superior de las tropas en Jojutla, se deslindó del control en Tlatenchi. Precisó que sus elementos sólo cerraron el sitio para evitar el saqueo de los víveres, pero siguen bajo la responsabilidad del ayuntamiento. También se deslindó de tener el control del acopio en Tlaquiltenango.

El conflicto. El centro de acopio en la Perseverancia era operado por personal del ayuntamiento de Jojutla, el municipio más golpeado por el terremoto, con 17 muertos, pero los soldados los retiraron por presuntas irregularidades en la distribución de la ayuda. Los empleados acusaron trato déspota de la milicia al asumir el control.

Rosario “N”, trabajadora administrativa del ayuntamiento, relató que la noche del jueves, una vez que separaron los artículos y armaron las despensas, los hombres a cargo del comandante Ortiz Cano asumieron el control con el pretexto de que no estaban repartiendo la ayuda entre las personas más afectadas.

Los elementos desalojaron al personal sin permitir levantar sus cosas de cocina. El viernes otro grupo de voluntarias regresó a La Perseverancia para llevarse sus enseres y vieron un camión del Ejército cargado con despensas, aseguró.

El coronel Cristian León Borja afirmó que el Ejército no interviene entre quienes dirigen los centros.

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