El caso de “Frida Sofía” revivió el recuerdo de Monchito, un niño que supuestamente quedó bajo los escombros de una vecindad luego del sismo del 19 de septiembre de 1985.
El caso acaparó cobertura hasta el 4 de octubre de 1985, cuando los equipos de rescate, santeros, cantantes, voluntarios, Plácido Domingo e incluso los hijos del entonces presidente, Miguel de la Madrid, acudieron al lugar para rescatar al menor de edad.
El niño Luis Ramón Monchito y su abuelo supuestamente quedaron sepultados en las ruinas de una vecindad en el barrio capitalino de La Merced, a causa del poderoso sismo de magnitud 8.1 que sacudió el país la mañana del 19 de septiembre de 1985.
Monchito supuestamente vivía en una vecindad en La Merced, en la calle Venustiano Carranza, se presumió que tenía nueve años.
El caso que movió a todo el país, que esperaban su rescate, fue ocasionado luego de que un rescatista argentino, Carlos Marbran, dijera que había escuchado ruidos de alguien con vida que seguía en el sitio.
El periódico español El País, que siguió la historia, indicó que según se decía en ese entonces, Monchito llegó a la capital de México procedente de Cozumel, de ahí se iría con su familia a Zihuatanejo, pero pasó la noche del 18 de septiembre en casa de su abuelo en La Merced.
Al cabo de varios días de búsqueda frenética, equipos de rescate de diversos países, así como de la Marina de México, determinaron que ya no quedaba nadie vivo bajo los escombros del inmueble.
No obstante, miembros de un cuerpo de voluntarios civiles que llegaron al lugar aseguraron que detectaban señales de vida, lo que provocó una oleada de esperanza de una nación que, en medio de la tragedia, enfocó su atención en el rescate del niño.
Se escuchaba a los rescatistas dar instrucciones al supuesto sobreviviente, a quien le pedían responder con golpes a las preguntas que le hacían. Así determinaron que se trataba de Monchito.
El entonces presidente Miguel de la Madrid ordenó que se mantuviera la búsqueda a toda costa, mientras los padres de Luis Ramón se aferraban a la esperanza, al igual que el resto de la sociedad mexicana.
Pero todos los esfuerzos por llegar al niño fueron en vano, y finalmente las tareas de rescate terminaron tres semanas después. Una pesada losa de tristeza e incredulidad cayó sobre el ánimo de familiares y de los mexicanos en general.
La búsqueda duró siete días. El 11 de octubre pararon, pues las maniobras no eran suficientes, no encontraban al menor.
Luego de los labores de rescate, se dijo que Monchito no existía y que se trataba de una maniobra de la familia, quienes querían recuperar una caja fuerte con dinero que estaba en la propiedad del abuelo del niño.
Se llegó a decir que Monchito nunca existió, o que los esfuerzos por rescatarlo no fueron otra cosa que una pantalla para hurtar bienes de la vivienda derruida. Un experto ofreció una explicación plausible: “histeria colectiva”.