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Francisco Diego es un pintor emergente que lleva en su nombre el peso de otros dos grandes: Diego Rivera y Francesco Salviati. Es un artista visual de 26 años que lamenta una de las preocupaciones de su generación, los llamados millennial: el menosprecio por su edad.
Este joven egresado en la licenciatura de Diseño Industrial de la Universidad Iberoamericana comenta que sus congéneres han sido fuente de inspiración para sus creaciones, pues son jóvenes que como él, viven en constante contacto con la tecnología. Aunque esto no necesariamente es una virtud, pues si bien tiene mayor accesibilidad para la creación de su obra, el estar hiper-conectados 24 horas, siete días hace que se pierde la esencia.
En su estudio ubicado en la colonia San Ángel, en la Ciudad de México, con fachada moderna y funcionalista, el artista Francisco Diego recibió a EL UNIVERSAL para hablar sobre arte, redes sociales y la actual contienda electoral. El lugar de inspiración de este artista plástico juega con texturas, tanto empedradas como muros con acabado plano. En la entrada destaca el gran portón de madera junto con sus grandes ventanales que dan iluminación natural.
Contrario a la percepción general de que los jóvenes son un tanto apáticos a la política, él no está alejado de lo que acontece en el país, y sobre los candidatos presidenciales asegura que “sería un mal acto no involucrar a los jóvenes, cada candidato le da importancia en distintos espacios, como tecnología o medios de expresión, ya que el arte es una apertura social”.
Lamenta la falta de “espacios de exhibición, galeristas con mente abierta, inversionistas con cabeza para invertirle a todo el arte que es conmovido y no por inversión”. Le preocupa que en ocasiones el valor comercial esté por encima del valor artístico.
Rodeado de sus pinturas, unas colgadas y otras recargadas en el librero a ras del piso, Francisco expresa que no considera que “el arte pertenece a un sólo sector de público” como cualquier otro producto porque “el arte es para todo el mundo, sí puede haber personas que llegan a conmover por ciertas tendencias que otras”, por eso plasma momentos difíciles que marcan a las personas y los define, un poco inspirado en su generación.
Con jeans y un suéter ligero, Francisco Diego muestra una actitud fresca y vivaz, misma que manifiesta en sus obras. Es un joven artista mexicano apasionado por la pintura. En cada una de sus obras narra historias y experiencias, personales o compartidas.
Ha exhibido su obra tanto en México como en Estados Unidos, con el propósito de conquistar nuevos horizontes en el arte: “Me gustaría pensar que mis cuadros vivirán más que yo, (…) la única forma es exponer. Buscar estos espacios y lograr darle un empujón al cuadro, cuando ya no esté, éstos podrán correr solos”, dijo.