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Villahermosa, Tab.— La familia de Isela Zavala Franco, tabasqueña que fue una de las víctimas del avionazo en La Habana, Cuba, ha vivido un calvario con los trámites para viajar a ese país para identificarla y poder traer su cuerpo de regreso a casa.

Desde el pasado lunes dos hermanos y un hijo de Isela acudieron a la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores para solicitar los pasaportes, documento con el que no contaban y que es indispensable para que puedan salir del país; sin embargo, uno de ellos, Alberto, relató que el trato no fue bueno, no hubo una atención especial por tratarse de una urgencia y como todos los demás ciudadanos tuvieron que pagar por este trámite mil 200 pesos por cada uno, apenas lograron conseguir dos y este martes fueron por el tercero.

“Tuvimos que pasar por el mismo calvario de todo aquel que aspira al trámite. No queremos una atención personalizada, pero por lo menos las facilidades. Además de que ellos dijeron que eran pasaportes emergentes”, refirió uno de los hermanos de Isela.

Alberto Zavala Franco dijo que una vez que terminen los trámites de los pasaportes, comenzarán a buscar los vuelos para viajar a Cuba en busca del cuerpo de su hermana, quien se encontraba en ese país porque había acudido para que le aplicaran una vacuna que la ayudaba a mantenerla estable por el cáncer que padecía desde hace 20 años.

La familia Zavala Franco fue notificada por las autoridades mexicanas de manera oficial el pasado sábado que Isela, contadora de profesión, viajaba en el Boeing 737 de Global Air que se estrelló en las inmediaciones del aeropuerto de aquella ciudad y fue desde entonces que comenzaron a vivir no sólo el dolor de perder a un ser querido, sino el calvario de trasladarse hasta Cuba para poder traerla de regreso a casa.

Isela trabajaba en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), en el área administrativa, tenía 48 años y era madre de cuatro hijos, desde hacía 20 años venía luchando contra el cáncer, enfermedad que no la había vencido.

Hasta el momento, la UJAT, institución educativa para la que laboraba, sólo envió una esquela a la familia y el sindicato administrativo es quien los está apoyando, en tanto que el gobierno de Tabasco se había comunicado con ellos, aunque los familiares de Rosa Isela afirman que seguirán estos trámites con sus propios recursos hasta donde les alcance y esperan viajar en las próximas horas a Cuba.

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