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Hoy inician el ciclo escolar 2017-2018 más de 25.6 millones de niños y adolescentes que irán desde preescolar hasta secundaria. Ellos se sumarán a los alumnos de bachillerato, licenciatura y posgrado que iniciaron el curso desde hace dos semanas. En total, más de 35 millones de estudiantes en el país.
Pero no todos concluirán este año la escuela. Las cifras muestran que cada minuto renunciaron a la escuela 2.2 niños y jóvenes mexicanos, según los datos del documento Principales cifras 2015-2016, la estadística educativa más actualizada de la SEP.
Los datos revelan que la deserción en educación primaria fue de 0.5%, en secundaria de 4.2%, en media superior de 12.1% y en educación superior de 6.8%.
Al hacer el cálculo del costo que significó el abandono escolar por nivel educativo y por alumno, se encontró que en el periodo el país perdió 45 mil 788 millones 856 mil 504 pesos que había invertido en la educación de esos niños y jóvenes. Eso triplica el presupuesto del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que en 2017 fue de 15.5 mil millones de pesos y superior a los 40.1 mil millones de pesos que recibió la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ese mismo año.
El modelo de tránsito escolar en el sistema educativo analiza a la generación de estudiantes que ingresaron a la primaria en el ciclo escolar 1999-2000, a los seis años, quienes en 2016 tenían 24 años.
Revela que por cada 100 niños inscritos en primaria, 10 la dejaron sin concluir. Se perdieron cinco en el transcurso de la primaria a la secundaria, 18 dejaron inconclusa la secundaria, dos se perdieron en el ingreso al bachillerato o al estudiar una carrera técnica, del bachillerato renunciaron 21, mientras que cuatro dejaron sus carreras técnicas.
Seis más se perdieron entre el egreso de la prepa y el ingreso a la universidad, y nueve dejaron sus estudios de licenciatura. Al final, sólo 22 se titularon como profesionistas y tres terminaron su carrera como profesionales técnicos. Implica que de una generación de dos millones 502 mil 438 niños, sólo 633 mil 974 concluyeron sus estudios para convertirse en profesionistas o técnicos.
Para el país, la deserción escolar tiene repercusiones económicas y sociales, explicó Alejandro Canales Sánchez, integrante del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE.
“Una mano de obra con baja calificación va a encontrar trabajos de baja remuneración y productividad, por lo tanto, el desarrollo económico nacional será menor”, dijo.
Para David Calderón, presidente de Mexicanos Primero, el problema empieza desde la educación básica, puesto que en la secundaria los jóvenes no reciben la orientación necesaria para tomar una buena decisión con respecto a su bachillerato, empezando por el examen de Comipems, además de que faltan más y mejores opciones de bachillerato que les ofrezcan calidad.
Para el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el acento debe ponerse en el nivel de educación media superior , el cual “es uno de los mayores retos que enfrenta el sistema educativo nacional”, según el estudio Estrategias de política implementadas para atender el abandono escolar en educación media superior.
“En el caso de la educación media superior, hay dos aristas: la matrícula se ha incrementado considerablemente en los últimos 25 años, pero la tasa de abandono escolar sigue siendo la más alta de la educación obligatoria”, señala el reporte.