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Derogar la reforma educativa aprobada en 2012 sería un retroceso para México, pues permitiría que el sindicato magisterial se apodere de la educación y la calidad en las escuelas disminuiría, señalaron especialistas consultados por EL UNIVERSAL.

Este sábado, el presidente Andrés Manuel López Obrador, indicó que si su gobierno no llega a un acuerdo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) por la reforma educativa, cancelaría las normas propuestas por él y las implementadas por Enrique Peña Nieto.

Expertos criticaron esa postura, al argumentar que representaría un retroceso para la educación de México, además de que es una medida que no se puede tomar por decreto presidencial.

“Con esa decisión el sector educativo volvería a quedar en manos del sindicato. Todo lo que tiene que ver con distribución de las plazas, la promoción de profesores en el escalafón docente y los cambios de planteles. También se eliminaría la posibilidad de contar con los mejores maestros, asegurando esto a través de las evaluaciones”, señaló Roberto Rodríguez Gómez, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

El especialista en temas educativos añadió que “para derogar la reforma se necesita modificar la Constitución, pero no se puede realizar esa acción por voluntad presidencial sin pasar por los órganos legislativos, es decir, las Cámaras de Diputados, Senadores y las Legislaturas de los estados”.

En este punto estuvo de acuerdo Marco Fernández, de la organización México Evalúa, quien también añadió que la propuesta “es una contradicción con lo que ha dicho el Presidente sobre su desacuerdo con las prácticas de herencia y venta de plazas. Justo el marco jurídico que permitió esas malas prácticas era el previo a 2013”.

Según el especialista, los concursos para el ingreso y promoción en el servicio profesional docente impidieron que el sindicato magisterial continuara con la venta de plazas.

Carlos Ornelas, investigador de la UAM, dijo que “la parte más negativa de la propuesta del Presidente es que de nueva cuenta el sindicato podría colonizar la educación básica, es decir, tendría una capacidad de negociación muy fuerte a escala local y ningún gobernador tendría poder para enfrentarlos”.

Alma Maldonado, doctora en Educación Superior e investigadora del Cinvestav, añadió que lo más preocupante del plan de López Obrador sería la eliminación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), “porque genera información vital sobre el sector educativo”.

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