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Después de un parto algunas mujeres se enfrentan a cambios hormonales y físicos, así como a la responsabilidad de ser madres, esto puede conducir a una depresión posparto, que suele aparecer después del alumbramiento, informó la Secretaría de Salud (Ssa).
Explicó que es similar al trastorno depresivo mayor, caracterizado por la pérdida de interés en las actividades, y afecta a una de cada 10 madres; cerca de 30% de las primerizas experimentan depresión o ansiedad, que puede agravarse si no se recibe el tratamiento adecuado.
La dependiencia destacó que una de cada dos madres se siente desanimada y con tendencia al llanto. Esto suele durar desde unas horas hasta un par de días y luego desaparecer; sin embargo, cuando se tiene depresión posparto la situación puede empeorar.
La mujer afectada siente culpa y evita pedir ayuda por el temor a ser considerada una mala madre. En casos extremos no manifiesta interés por su bebé y se muestra incapaz de cuidar de él, además pueden convertirse en sicosis con pérdida del sentido de la realidad, como ver o escuchar cosas que no existen.
Con el tratamiento adecuado y apoyo de la familia, la mujer logra recuperar su estado de ánimo, se siente nuevamente capaz de brindar cuidados y disfrutar de la maternidad.
La ansiedad, agregó, también puede ser un síntoma de depresión posparto. Para algunas mujeres, sobre todo las primerizas, el embarazo, el trabajo de parto y la responsabilidad de criar un hijo pueden ser generadores de estrés. La ansiedad se expresa como miedo a quedarse sola con el bebé o preocuparse por lo que pueda sucederles al niño y a ella.
La depresión y la ansiedad posparto pueden hacer que el hecho de ser madre se convierta en una experiencia negativa; por ello, es importante detectarlas en etapa temprana para su tratamiento.