Más Información
Detener elección judicial implica romper la democracia: presidenta del TEPJF; “ninguna autoridad puede suspenderla”, asegura
Metro Tacubaya: Sujeto se arroja a las vías tras atacar a cuatro usuarios con arma blanca; policías lo detienen
Trump nomina a multimillonario y proaranceles Howard Lutnick para secretario de Comercio; "implementará el cambio"
Guerra en Ucrania EN VIVO; aumenta tensión con Rusia tras ataque ucraniano con misiles ATACMS, sigue el Minuto a Minuto
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
En febrero de 2015, Tania Puente, entonces empleada del Museo de Arte Moderno, informó a su jefa, María del Carmen Canales, y a la directora del recinto, Sylvia Navarrete, que había sido agredida sexualmente en las instalaciones por un empleado, Blas Contreras.
En una bodega de pintura, el hombre la jaló, la abrazó y le tocó un seno derecho. Días después, a la joven se le notificó que por “cuestiones presupuestales” no se le renovaría su contrato por un año más.
A casi tres año de lo ocurrido, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de su oficina de Comunicación Social, informó a este diario que el caso está cerrado porque la joven no hizo la ratificación de lo sucedido. Además, de acuerdo con la institución, el empleado ya no labora más en el museo, por jubilación.
Este caso lo dio a conocer la misma Tania Puente en julio de 2015, a través de una carta dirigida a la artista Lorena Wolffer, publicada en la revista digital Trama. En la misiva, Puente describió lo sucedido en el museo en el que se presentaba la muestra “Lorena Wolffer/Expuestas: registros públicos”, una serie de intervenciones en las que el arte se combina con activismo para dar visibilidad a la violencia contra las mujeres.
Puente cuestionó que se presentara esa muestra porque daba la imagen de que al museo le importaba el tema, cuando en su caso hubo negligencia y poca sensibilidad. Además, increpó a la artista: “Ya que con esta exposición nos invitas a no quedarnos calladas, yo te quiero contar mi historia, Lorena, esa que preferiste escuchar en voz de otros a pesar de que yo te llamé directamente para poder platicar y pedir consejo y asesoría”.
El caso provocó una gran polémica en las redes sociales, así como en diversas publicaciones y en el circuito del arte. Se criticaba y se cuestionaba a todas las partes involucradas, incluida a Tania Puente. Aunque también hubo voces de apoyo.
En medio de la polémica, el INBA envió un comunicado para asegurar que la subdirección administrativa del museo levantó un acta de hechos y reportó el caso para atención del Comité en Contra de la Violencia de Género y Hostigamiento Laboral del instituto. Además, aseguró que el acta fue referida a la Dirección Jurídica del INBA para su tratamiento, área que solicitó ampliación de la información de los involucrados e iniciar el procedimiento de acuerdo con la normatividad institucional.
Se volvió a buscar a Puente, pero no fue posible localizarla; la revista Trama, de la que era editora, desapareció. El INBA aseguró que se encontraban “impedidos para actuar” y no ofreció detalles sobre el reporte.