La reconstrucción de viviendas en este municipio huave avanza de manera lenta. Pese a que algunos damnificados recibieron apoyos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), el problema radica en que el desbordamiento de la laguna no les permite avanzar con las obras.
Con el sismo del pasado 7 de septiembre, la mayoría de las casas se hundieron porque están rodeadas de lagunas y de suelo muy muy arenoso, por lo que las empresas y organizaciones que asesoran las construcciones esperan el dictamen que realizó hace un mes el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente de Guadalajara sobre la resistencia de suelo, para construir en un lugar seguro.
Además de que fueron de los últimos en recibir los apoyos, los habitantes de esta comunidad se enfrentan con la escasez de materiales, ya que para conseguirlos tienen que trasladarse hasta el puerto de Salina Cruz, y para llegar a él deben desplazarse media hora.
Por ello, la organización Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento (Copevi) asesora a más de 100 familias que perdieron sus casas, avalados por la Sedatu, con propuestas alternativas de viviendas de adobe, carrizo y behareque, para que se utilice el material de la zona y que las nuevas construcciones resistan los sismos.
A San Mateo del Mar llegaron cuatro empresas constructoras y de asesoramiento a ofrecer sus propuestas de construcción: Fundación Citibanamex, MIA, Habitat México y Copevi, pero sólo las propuestas de la última se acercan al contexto cultural y ambiental del pueblo. Por lo pronto, arrancarán con la construcción de una vivienda ecológica y resistente a los sismos.
Para verificar la efectividad de los proyectos de construcción se conformó el Comité de Voluntarios que se encargan de explicar a los damnificados en su propia lengua las propuestas de construcción, con la finalidad de que escojan la mejor opción y no construyan mal.