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El Complejo Penitenciario Islas Marías, compuesto por las cárceles de Bugambilias, Morelos y Aserradero, fue el mejor durante los últimos tres años, porque garantizó la integridad personal de los internos, una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social, entre otros.
A esa conclusión llegó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) después de presentar el Diagnóstico nacional de supervisión penitenciaria 2018, estudio con el cual evaluó 199 cárceles de las 308 en operación el año pasado.
Según la CNDH, durante 2018 el Centro Federal de Readaptación Social Morelos tuvo una evaluación de 8.45, en una escala del 1 al 10; Bugambilias, 8.5, y Aserradero, 8.67.
Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH, y Ruth Villanueva Callejas, tercera visitadora general, criticaron que el Presidente clausuró el Complejo Penitenciario Islas Marías, pues consideraron que se trataba de un modelo a seguir.
“La cancelación no obedeció a una deficiente reinserción social. Se explicó que esa medida tenía un objetivo ecológico, pero desde la opinión de la CNDH los mejores centros penitenciarios estaban en las Islas Marías. Debió buscarse la mejor alternativa entre lo ecológico y la reinserción social”, señaló González Pérez.
“Las mejores prisiones desde 2016 eran [las] Islas Marías. Los estándares internacionales señalaron que para que la vida en prisión tenga buenos resultados debe ser lo más parecido a la vida en libertad y eso había en las Islas Marías”, dijo Villanueva Callejas. En total, los tres centros penitenciarios tenían lugar para resguardar a mil 577 personas; sin embargo, sólo estaban ocupados en 33% de su capacidad. Esa variable, según la CNDH, pudo influir en la calificación de las Islas Marías.
“Qué fantástico sería que se cerraran cárceles para crear más escuelas (...) Las Islas Marías son un modelo que México ya no tiene”, concluyó Ruth Villanueva.
Contrariamente a las prisiones de las Islas Marías, las cárceles que obtuvieron una calificación reprobatoria están en Veracruz, Sinaloa, Zacatecas, Hidalgo, Guerrero, Nayarit y Baja California Sur.
Fueron 20 entidades las que tuvieron una calificación entre seis y ocho. Los estados donde se concentraron las mejores prisiones fueron: Querétaro, Guanajuato y Coahuila.
En el diagnóstico de la CNDH también se informan las preocupaciones respecto a las condiciones de las cárceles estatales y federales.
En las primeras se indicó que las mayores deficiencias son “la insuficiencia de personal de seguridad y custodia, falta de separación entre procesados y sentenciados, falta de higiene en las instalaciones y de actividades laborales”.
En las federales, las deficiencias son: insuficiencia de personal y deficiencia de atención al derecho de protección de la salud de las personas privadas de la libertad, entre otras.