El padre Alejandro Solalinde equiparó el trato que el gobierno mexicano da a los migrantes centroamericanos , con el campo de concentración nazi de Auschwitz y advirtió que, algún día, México rendirá cuentas por “el genocidio” cometido en agravio de las y los indocumentados .
“Cuando venga otro gobierno y ‘de veras’ tengamos valor para enfrentar lo que hicimos en México con las personas migrantes; nos vamos a horrorizar, porque van a ver cómo México se convirtió en un Auschwitz; exactamente en un campo de concentración (…)
“Algún día México tendrá que responder ante el mundo por este genocidio, porque es un genocidio, es un Holocausto de gente que se sacrifica por el sistema capitalista”, expresó.
Durante su visita a Cancún, para conocer las instalaciones de un nuevo centro de asistencia y refugio para migrantes, Solalinde dijo que el Holocausto judío (1939-1945), fue una decisión de Estado, del gobierno Alemán.
“Pero en México y en América, el Holocausto que estamos viendo de los migrantes ha sido provocado por el sistema neoliberal capitalista, por causar en los lugares de origen, la emigración forzada (…)
“Después viene la tragedia; en el lugar de tránsito, el gobierno de México, que es muy servil para cuidar el patio trasero de Estados Unidos, empieza a hacer esta matazón, este genocidio con las personas migrantes (…) En México, el responsable de todo lo que ha sucedido con los migrantes, ha sido el Estado”, explicó.
En conferencia, manifestó que el contacto que ha tenido con las y los indocumentados, desde hace 13 años, le ha permitido conocer sus historias, las de sus comunidades y países de origen, así como los agravios que padecen en su tránsito por México, hacia los Estados Unidos.
“Tenemos filmado todo eso, tenemos registrado todo, pero ¿a quién se lo vamos a enseñar? ¿A este gobierno, a este Estado que desaparece estudiantes como Ayotzinapa? Ahí fue flagrancia de Estado, un crimen de lesa humanidad, un crimen de Estado y como ese ¿cuántos otros no ha habido?”, manifestó.
Para robustecer su analogía, el sacerdote se refirió a las personas desaparecidas, a los secuestros y a la inexistencia en esos registros, de las y los migrantes, “porque no cuentan; cuando hablamos de personas desaparecidas, no existen los migrantes”.
Habló de las fosas existentes en el territorio mexicano, a donde van a parar cadáveres o restos de cuerpos humanos, previamente destazados, descuartizados, desollados, diluidos en ácido o incinerados, para desaparecerlos.
“¿Ustedes han visto que algún candidato, hable de fosas? ¿Existen las fosas para ellos? Y todo México es un fosadero (…) Nayarit está de moda, que están sacando 35 cuerpos, pero cuando no es uno, es otro.
“Si ustedes juntan todos los puntos y puntean toda la República Mexicana donde hay fosas, hay en todos lados; esto no es posible y nadie ha hecho un recuento de eso y la mayor parte, les aseguro, son de migrantes”, lamentó.
Flanqueado por la senadora Luz María Beristain, activistas y diputados locales, subrayó que el infierno que padecen las y los migrantes es provocado no sólo por el crimen organizado, sino por el Estado.
Como ejemplo narró una anécdota, en la que un cártel del narcotráfico, en contubernio con funcionarios y servidores públicos, mezclaba los huesos de sus víctimas y fragmentos de sus cuerpos, para depositarlos en distintas fosas, para hacer imposible la identificación de las personas.
“Es lo que ha pasado en Coahuila, en donde hay decenas de miles de fragmentos y en Veracruz les han dicho a las mamás ‘miren, vamos a hacer lo posible, pero fíjense que sacar el ADN de un fragmento, son tres mil pesos por huesito, uno y son miles y miles. Así de ese tamaño están las cosas”, describió.