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Consideradoun hombre de diálogo y culto, Carlos Aguiar Retes llega a la Arquidiócesis de México, uno de los territorios más importantes del país por el gran número de fieles que alberga y más complejos por su diversidad cultural.
Nacido el 9 de enero de 1950 en Tepic, Nayarit, al interior de una familia muy devota, Carlos Aguiar Retes es el segundo de seis hijos, sus padres fueron Carlos Aguiar Manjarrez y la señora María Teresa Retes Pérez.
Su vocación religiosa se remonta a su niñez, cuando fue monaguillo de la iglesia de su ciudad natal. A sus 67 años se ha desarrollado en diversos cargos de la jerarquía católica: ha sido obispo de Texcoco, arzobispo de Tlalnepantla, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en el periodo 2004-2006 y presidió este órgano entre 2007 y 2009, pero fue reelecto para el trienio 2009-2012. También ha presidido la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM).
Uno de sus mayores logros al frente de la CEM fue la reforma estructural al Episcopado, en la que intentó desburocratizar el trabajo pastoral.
Don Carlos, como le llaman sus colaboradores más cercanos, se ha dado a la tarea de impulsar una Iglesia “más viva”, cercana a la gente. En Tlalnepantla, donde desde 2009 se desempeñó como arzobispo, la norma fue no ejercer una iglesia de sacristía, de ritos, sino viva que, a través del evangelio responda a los retos de las familias, los jóvenes, los niños, la población más vulnerable.
Una vez que tome posesión del cargo en la Arquidiócesis de México, su principal objetivo será transformar los distintos ámbitos de la sociedad, dar a los laicos herramientas para influir en los cambios necesarios para un mejor desarrollo de la propia ciudadanía.
Tocará a Aguiar la tarea de reestucturar la Arquidiócesis de la ciudad de México, quizá con la creación de alguna diócesis nueva, para “atender” las características y necesidades según la zona.