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Hace 43 años, el 3 de diciembre de 1974, EL UNIVERSAL reportaba así la muerte del líder guerrillero Lucio Cabañas:
“Miembros de la XXVII Zona Militar, con sede en Acapulco y al mando del general de brigada Eliseo Jiménez Ruiz dieron muerte ayer, a las 9 horas, a Lucio Cabañas y a diez de sus seguidores en un enfrentamiento en la región El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana”.
En conferencia de prensa en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (entonces, SDN), la noticia la dio a conocer el coronel Jaime Contreras.
El mando informó que durante el operativo dos militares murieron y otros cinco resultaron heridos.
En su palabras, lo sucedido esa noche fue lo siguiente: “Tropas de las XXVII Zona Militar, con sede en Acapulco, tuvieron un encuentro con el grupo delictivo del secuestrador y asaltante Lucio Cabañas Barrientos, en el que éste resultó muerto en compañía de otros diez maleantes que lo acompañaban”.
Ese día, la SDN dijo a EL UNIVERSAL desconocer el paradero del cuerpo de Cabañas y aseguró, ante la insistencia de los representantes de los medios de comunicación, que se encontraba en El Ocotal, e incluso afirmó que habían sido “las autoridades competentes” quienes identificaron el cadáver.
La crónica, de Jesús Michel Narvaez, detalló que durante el anunció de la muerte del líder guerrillero, los elementos militares se mostraron nervioso.
Y narró que al preguntar por el secretario de la dependencia, entonces el general Hermenegildo Cuenca Díaz, la respuesta de las autoridades fue: “no ha venido en todo el día y seguro que ahora no viene”.
La persecución en contra de Cabañas se recrudeció, según el comunicado oficial, a partir del secuestro del senador Ruben Figueroa.
En el año 2002, EL UNIVERSAL informó que el asesinato de Cabañas fue producto de una orden directa de la SDN, quien pidió “capturar o exterminar" al grupo guerrillero que secuestró a Rubén Figueroa.
Producto de la apertura del Archivo General de la Nación (AGN), en el año 2002, se pudo constatar que elementos del Ejército de la XXVII Zona Militar, persiguieron a los guerrilleros dirigidos por Lucio Cabañas. Los documentos detallan que el operativo fue producto de meses de labores de inteligencia.
Los archivos, a los que tuvo acceso EL UNIVERSAL, indican la relación directa de los elementos castrenses con los actores políticos nacionales relacionados con el caso.
Por ejemplo, en una carta del 10 de septiembre de 1974 enviada por Hermenegildo Cuenca Díaz, secretario de Defensa, al presidente en turno, Luis Echeverría , éste le informaba sobre las acciones posteriores al rescate de Figueroa:
"Ordené al Mando Territorial continúe las operaciones hasta lograr la captura o exterminio del resto de los gavilleros, informando a esta secretaría sobre el particular".
En los documentos se indican también las tácticas de emboscada al grupo, así como los fallecidos de ambos bandos, y la vigilancia constante que se montó sobre el grupo de Cabañas.
Tras la muerte de Cabañas se puso fin a un periodo guerrillero en la entidad, que se reactivó el 28 de junio de 1996 con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).
Durante décadas se responsabilizó al gobierno de realizar una labor de exterminio hacia quienes se levantaron en armas en esos años, lo cual derivó en lo que se conoce como guerra sucia que dejó como saldo cientos de desaparecidos y muertos en poblados serranos del estado de Guerrero.
msl