El sismo del 19 de septiembre,

no sólo cimbró a la tierra, sino al “vetusto aparato obeso y esclerotizado producto de las abundantes prebendas y beneficios presupuestales”, aseguró la Arquidiócesis Primada de México a través del editorial del semanario religioso Desde la fe .

El texto argumenta que una vez superada la emergencia es momento de reconstruir el país, pero es necesario que la clase política se sume. “La naturaleza otorga una oportunidad al sistema político y económico para rectificar las cosas y es hito histórico en cuanto al énfasis ciudadano por un cambio auténtico pero los riesgos son evidentes y la capitalización política no deja de llamar la atención”.

La iglesia católica sostiene que mucho dinero sea invertido en el apuntalamiento de partidos, burocracia y consejeros de institutos autónomos, por ello la población se pregunta si es necesario sostener “esos lastres de la vida política”.

Advierte que el reclamo evidente es que las autoridades demuestren un mínimo sacrificio por la reconstrucción, que no continúen con canonjías mientras el electorado supera la emergencia. “Políticamente, la primera consecuencia de los sismos es que ha cuarteado las aspiraciones de algunos que ya se alzaban como candidatos seguros y virtuales ganadores; así es, lo que la grilla no pudo, lo hizo el estremecimiento de la tierra”.

Agrega que la segunda consecuencia es a la vez una advertencia porque si en realidad la tragedia cimbró el sistema político para la obtención del poder en 2018, entonces deberían fundarse reformas efectivas para un sistema en virtual colapso. “Medrar con el luto resulta la tentación más atractiva para los que pueden lucrar en esta coyuntura. Devolver dinero y cancelar la totalidad del financiamiento público son velados recursos demagógicos para capitalizar votos, pero implicarían el reavivamiento de viejas prácticas por lo pronto superadas, inclinando la balanza hacia extremos”.

El editorial menciona que a esta situación se suma la abrogación total de los plurinominales en el Congreso de la Unión, “lo cual significaría el retorno de las mayorías como en los buenos tiempos del despotismo unipartidista. Donde la oposición era pálida sombra”.

Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía dicen que 16% de los negocios en los estados estremecidos por los sismos del 7 y 19 de septiembre sufrieron algún tipo de afectación. De acuerdo con el mismo instituto “un mayor porcentaje reporta que hasta el momento no han recibido apoyos o ayudas para atender las afectaciones presentadas tal situación alcanza 100% en las industrias manufactureras , al 87.2% del comercio y 90.8% de los servicios privados no financieros”.

Otro reto es el de la reconstrucción de las viviendas. Algunas cifras señalan que el costo de los sismos asciende a casi 10 mil millones de dólares y se prevé una inversión inicial de recursos de casi 7 mil 500 millones para fases posteriores. Se vieron dañadas 150 mil viviendas, mismo número de las edificadas en 2016.

“Después de la tragedia comienza un proceso largo de reconstrucción que no es solamente de edificios. Otros eventos naturales sucederán con las mismas consecuencias fatales. Se trata de aprender de los errores. Y hay historias similares a las de 1985: corrupción negligencia, avaricia de la clase política que cede en lo cosmético para afianzar en la mezquindad”.

La Arquidiócesis que encabeza el cardenal Norberto Rivera apunta que para reconstruir al país se deben atacar vicios políticos y asegurar que los recursos tengan distribución en lo fundamental y no se concentren en pocas manos porque “dolor y demagogia son irreconciliables”.

Homilía

Al presidir la homilía dominical, el cardenal Norberto Rivera Carrera pidió a los feligreses orar por todos los ciudadanos para despertar su generosidad en los procesos de reconstrucción en las zonas afectadas por los sismos de septiembre “y la palabra del señor siga su extensión en este mundo”.

En su mensaje litúrgico, el prelado aseguró que nadie tiene la exclusiva del reino de Dios, “les será quitado el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca frutos, esto no es una amenaza, simple y sencillamente es el dinamismo de la historia, es el dinamismo de la elección divina”.

El llamado a los fieles para evitar el dejar de ser pueblo de Dios fue el de leer las escrituras de este. “¿No habéis leído nunca en la escritura: la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular’ Jesucristo es esa piedra fundamental y clave de nuestra iglesia, es el núcleo vital de la iglesia, es la razón de ser de nuestra comunidad”.

cfe

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