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Ciudad de México.- El cardenal Carlos Aguiar Retes anunció cambios en la formación de los sacerdotes a fin de que sepan interpretar las “ realidades humanas”.
Al recorrer la primera Vicaría Episcopal, el prelado informó que el seminario ya no se realizará en la modalidad de internado, sino que los alumnos contarán con una estructura de acompañamiento en familia;
en segundo lugar, la etapa de Filosofía, en la que se ingresará al internado, será enriquecida con talleres, a fin de que los alumnos no sólo conozcan a los grandes pensadores, sino que desarrollen la capacidad de interpretar las realidades humanas.
Aguiar Retes detalló que tras la etapa de Filosofía, vendrá una etapa intermedia, en la que los seminaristas volverán a sus hogares y trabajarán durante un año en algunas empresas, lo que les permitirá convivir de cerca con otras personas y conocer los problemas cotidianos que atraviesan las familias.
Al término de esta etapa, en la que definirán si realmente desean el camino sacerdotal, comenzará la etapa de la Teología, en la que los seminaristas vivirán en pequeñas comunidades en casas sacerdotales, donde aprenderán cuestiones relacionadas directamente con el trabajo de la iglesia, como son la manera en que se lleva un Consejo Pastoral, para qué sirve un Consejo de Asuntos Económicos, cómo se desarrollan las Asambleas Parroquiales, cómo se administran los recursos, entre otros temas.
Tras reunirse con sacerdotes de la I Vicaría, el Arzobispo Primado de México se reunió con integrantes de la Vida Consagrada, a quienes manifestó su beneplácito por ser un verdadero ejército del Señor.
Señaló que una encuesta levantada hace una diez años sobre catolicidad, arrojó que la gente tiene una valoración muy positiva de las mujeres consagradas, por encima de los sacerdotes, obispos y cardenales.
El Arzobispo Primado de México presidió una misa en la que llamó a los sacerdotes, a las integrantes de la Vida Consagrada y a los fieles en general a dar a conocer a Jesús.
“El señor nos pide a nosotros, sus ministros, trabajar por la espiritualidad y la comunión, aprovechemos nuestras distintas capacidades; que no cunda nunca ni la envidia ni el celo ni la competencia, sino la complementariedad, el trabajo en equipo y la comunión eclesial, nuestros fieles, al ver los testimonios de comunión, crecerán también en la expresión de sus vidas en familia, en sus ambientes laborales, para poder dar a conocer a Jesucristo en el mundo de hoy”, expresó.
