En el país 20.7 millones de niños y adolescentes viven en algún tipo de pobreza , de acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, publicado hoy por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ( Coneval ), que advirtió que de no darle atención prioritaria, esta situación se puede volver permanente y sus consecuencias serían irreversibles.

En el informe se destacó que en 2016, 52.3% de niños entre cero y 11 años estaban en situación de pobreza, de estos, 9.7% se encontraba en pobreza extrema . Sobre los adolescentes, 48.8% de quienes tienen entre 12 y 17 años también viven en esa situación, de los cuales 7.8% estaba en pobreza extrema . Los porcentajes indicaron que en el país hay “20.7 millones de niños y adolescentes que viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza ”.

Sin embargo, Coneval señaló que el panorama es más complejo para los menores indígenas , puesto que alcanzan porcentajes de pobreza c ercanos a 80% -niños, 78.6%, y adolescentes, 78.2%-, lo que muestra las desventajas que enfrentan en materia de derechos humanos.

Ante este panorama, Coneval alerta: “La atención a la pobreza en la niñez es prioritaria porque existe una mayor probabilidad de que se vuelva permanente y sus consecuencias sean negativas e irreversibles. Esto requiere de esfuerzos mayores para mejorar la situación de los menores en contextos vulnerables, ya que es más probable que se encuentren en situación de pobreza y presenten algún tipo de desnutrición con repercusiones en el aumento del riesgo de mortalidad en los primeros años de vida y, en el largo plazo, consecuencias en el desarrollo cognitivo” .

La alimentación es otro de los factores de riesgo para la niñez. De acuerdo con el informe, en 2016, la tasa de muertes por enfermedades diarreicas fue de 7.1 por cada 100 mil niños menores de cinco años, mientras que 2015, 12.4% de los niños de esa edad presentaba desnutrición crónica.

Sobre educación , en el informe se mencionó que en 2016, 77.7% de los niños entre tres y cinco años asistían a la escuela. En el mismo periodo, menos de 1% de los menores entre seis y 11 años no acudían a clases, mientras que en los adolescentes, de 12 a 14 años, la cifra ascendió a 6.2%, y entre 15 y 17 años aumentó a 24.9%.

Resaltó que el rezago educativo se redujo en 4.6% de 2008 a 2016; sin embargo, en 2015 se observó que la deserción escolar por motivos económicos aumentaba respecto a la edad, al pasar de 4.8% en preescolar, a casi 26% en los jóvenes de 15 a 17 años . Asimismo, cerca de un millón 370 mil menores hacían un tiempo excesivo de traslado a la escuela, “lo que supone un riesgo permanente de abandonarla”.

Respecto al trabajo infantil , de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación Empleo 2015, 2.5 millones de niños y adolescentes entre cinco y 17 años estaban laborando, es decir, 8.4% del total de esta población, de ellos, alertó que el 89.6% desempeña ocupaciones no permitidas.

En el área en la que hay más avances es en la de la salud, puesto que el porcentaje de niños menores de un año con esquema de vacunación completo pasó de 69.9% en 2007 a 96.7% en 2015.

El consejo ve progreso en el país con la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA), la cual establece que los menores deben tener la oportunidad de desarrollarse y disfrutar de una vida segura, pero reconoce que aún hay obstáculos.

Algunas de sus recomendaciones en el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018 son impulsar “políticas públicas que tomen en cuenta las realidades heterogéneas que enfrentan” los niños y adolescentes, para que tengan un pleno desarrollo, vigilar el cumplimiento de lo que establece la LGDNNA y atender las necesidades de la primera infancia.

mpb

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